Los recortes a la tasa de interés en México y sus efectos en la economía

El Banco de México recortó la tasa de interés en 25 puntos porcentuales el pasado jueves 6 de noviembre, para quedar en 7.25%. Recordemos que durante el año 2025 se han realizado varios recortes, en febrero, junio y septiembre. Estas disminuciones en la tasa de referencia ocurren en un contexto de incertidumbre económica en México, lo que motiva a que el Banco de México relaje su postura monetaria para incentivar la inversión, el consumo y el crédito. 

De acuerdo a datos preliminares del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), para el tercer trimestre de 2025, el Producto Interno Bruto (PIB) cayó 0.3% con respecto al trimestre anterior, mientras que comparado con el trimestre del año 2024, disminuyó un 0.2%. Entre los factores que provocaron esta reducción en el crecimiento económico, es la caída anual de 2.9% del sector industrial, que incluye la minería, la construcción y la manufactura, debido principalmente a la incertidumbre comercial derivada de los aranceles intermitentes a los productos mexicanos impuestos por el gobierno de EE.UU. Por el contrario, otros sectores como el agrícola, ganadero y pesquero muestran un crecimiento de 3.6%. Otro aspecto relevante en la reducción de la tasa de interés, es que el gobierno federal ha instado a los bancos comerciales y de desarrollo a que también reduzcan sus propias tasas de interés, para que las personas y las empresas se beneficien del crédito. 

En el ámbito del crédito, particularmente, el hipotecario podría verse favorecido con mensualidades más bajas o plazos más cómodos. En el caso del crédito automotriz habría mayor accesibilidad de crédito y menores tasas para la compra de autos nuevos o usados. Por su parte, el crédito personal incentiva el consumo, mientras que al incrementarse el número de créditos para las empresas, se incentiva la inversión en maquinaria, infraestructura o expansión.

Entre los posibles efectos ante la disminución en la tasa de interés se encuentran menores costos de financiamiento, mientras que en el ámbito del ahorro, las tasas de retorno podrían reducirse, lo que incentivaría el movimiento de capital hacia inversiones de mayor riesgo o a un mayor consumo, lo que reactiva la demanda interna. Por su parte, tasas de interés más bajas inhiben la inversión extranjera, lo que podría conducir a una depreciación del peso mexicano, aunque en el caso de México, hasta ahora los fundamentos macroeconómicos son sólidos. Aunado a lo anterior, la inflación continúa siendo una preocupación, mientras que los recortes en la tasa de interés constituyen una estrategia para alcanzar la meta de inflación del 3.5% al cuarto trimestre de 2025. En caso de haber mayor demanda por el consumo y crédito más barato, los precios pueden incrementarse.

Ante este escenario, aun se esperan obstáculos por superar, derivados de la incertidumbre política externa e interna, un impulso fiscal negativo, persistencia en la inflación subyacente, una débil confianza empresarial, presiones de costos y afectaciones climáticas. De manera positiva se observa que el gasto de los hogares continúe beneficiándose de los flujos de crédito y de los incrementos salariales. Sin embargo, hay que ser cautelosos en el uso del crédito, ya que un endeudamiento excesivo al aprovechar tasas de interés bajas, puede enfrentar problemas de liquidez cuando las tasas suban nuevamente; en el caso de una depreciación del peso, las empresas importadoras también podrían ver incrementos en sus costos.

Como conclusión, la reducción de tasas de interés dinamiza la economía al incentivar el crédito y el gasto, aunque también puede provocar riesgos inflacionarios o de sobreendeudamiento, si este escenario se mantiene por mucho tiempo. Para el caso del sector empresarial, es una ventana de oportunidad para financiar el crecimiento, mejorar la liquidez y fortalecer su posición competitiva, siempre con prudencia.

Sígueme en redes sociales

Twitter: @gbriano

Facebook: Dra. Lupita Briano Turrent