Mariposa Monarca

El pasado sábado tuve la fortuna de visitar la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca. Un lugar extraordinario por su riqueza natural y ser un digno ejemplo de que el hombre puede convivir en perfecta armonía con la naturaleza.

Esta Área Natural Protegida se localiza al oriente del Estado de Michoacán en los límites con el poniente del Estado de México, abarcando los municipios de Temascalcingo, San Felipe del Progreso, Donato Guerra y Villa de Allende en el Estado de México, y Contepec, Senguío, Angangueo, Ocampo, Zitácuaro y Aporo en el Estado de Michoacán.

El 9 de octubre de 1986 fue establecida la región como Área Natural Protegida para los fines de migración, hibernación y reproducción de la Mariposa Monarca, extendiéndose en el 2000 a una superficie total de 56 mil 259 hectáreas, lo que consiguió que en el 2008 fuera declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El ANP cuenta con diversas montañas que albergan una variedad de microclimas y numerosas especies endémicas de flora (destacan preciosos ejemplares de Oyamel, Pinabeto, Pino de las alturas, Encino, Aile y Sauce) y fauna (no sólo la mariposa monarca sino también, según Semarnat, existen 184 especies de vertebrados, de los cuales cuatro son anfibios, seis reptiles, 118 aves y 56 mamíferos), empero fue creada para proteger principalmente el entorno natural y hábitat de la Mariposa Monarca.

Dicen que los Purépechas consideraron a la Mariposa Monarca, el alma de los muertos, interpretando su llegada como el anuncio de la visita de los difuntos por coincidir su arribo con los días primero y dos de noviembre. Las Mariposas Monarcas se concentran de noviembre a marzo de cada año para hibernar y retornar su viaje.

La Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca es una de las Áreas Naturales Protegidas que administra la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) en conjunción con ejidatarios del lugar. La historia de la Mariposa Monarca es fabulosa, porque emprenden una maravillosa migración que inicia en otoño en Canadá y el noreste de los Estados Unidos, cuando millones de ellas cruzan toda la Unión Americana, el Norte de México y llegan a la Reserva de la Mariposa.

Es fenomenal lo que observé en esta aventura porque todos los actores saben bien su rol y función. Para llegar al lugar no existió inconveniente alguno, dado que la señalización permite sin contratiempos arribar al Santuario; los puestos de información y carteles anuncian desde kilómetros antes tanto el lugar, como las medidas de restricción y protección que los visitantes debemos adoptar. Es notable que ejidatarios y lugareños han sido capacitados tanto para preservar la zona, como para cuidar a la Monarca.

Ya en el Santuario, después de atravesar una terracería muy bien realizada que cruza el bosque, se encuentran construcciones que conviven en perfecta concordia con la naturaleza, tanto el estacionamiento para vehículos, como la base del campamento, en donde inicia la larga vereda que conduce a la montaña que ocupa la Mariposa Monarca.

En esa base existen edificaciones que albergan restaurantes, tiendas recuerdos y fotografía, artículos de conveniencia e incluso una divertida tirolesa; sorprende la limpieza del lugar, constantemente recordada por varios anuncios que invitan al paseante a respetar un código de conducta del turista responsable, que básicamente precisa que se deben seguir las indicaciones e instrucciones de los guías locales, usar los senderos establecidos, respetar los tiempos y los límites de acceso para la observación de las colonias de la mariposa, siempre permaneciendo en silencio, obtener fotografías sin uso del flash, así como no molestar ni alterar el estado de hibernación de la Mariposa Monarca.

Desde luego la gran protagonista de la aventura es la Monarca que desde Canadá, luego de un largo viaje, se sitúa en pleno centro del país. Aquí es donde estos asombrosos insectos por millones se cuelgan de los árboles formando racimos de mariposas, entrando entonces, en su estado de inactividad o hibernación durante el invierno. Según nos informaron, entre febrero y marzo las mariposas empiezan a despertar y emprenden el vuelo de regreso al Norte del continente, abandonando la Reserva, vuelan y mueren en el largo camino pero sus descendientes completarán el fabuloso viaje. Llegado el próximo otoño una nueva generación de Mariposas Monarca emprenderán su viaje de retorno a su Reserva en México, alrededor del mes de noviembre, en donde los gigantescos árboles las esperan para su próxima hibernación y cerrar el ciclo de la naturaleza. Por cierto, impacta como el peso de tantas mariposas llegan a doblar las ramas de los árboles.

Ver un paisaje tan natural, tan cuidado, tan necesario en plena emergencia climática, fue impresionante y esperanzador; a pesar de que ese día éramos cientos los visitantes no advertí basura y notable el gran compromiso de los responsables del lugar con la naturaleza y con el turismo, pero sobre todo, extraordinario presenciar un negocio sostenible, coexistiendo desarrollo y medio ambiente.

Marca también que los guías locales nos obliguen a los visitantes al compromiso expreso de respetar la zona y a guardar silencio para no alterar a la Monarca, instruyéndonos que debemos cuidar su casa, previa narrativa y explicación digna de exposición en una clase de Educación Ambiental.

En fin, simplemente, un caso de éxito. 

Mi reconocimiento a Industriales Potosinos, A.C., que lleva años generando con gran éxito estrategias y campañas de concientización sobre la Mariposa Monarca, en la que destacan la importancia de esta especie en el ecosistema, su hábitat y la ruta que recorren -en la que se encuentra nuestro Estado- hasta llegar a los bosques altos de Michoacán y el Estado de México. También esa cámara empresarial se ha encargado de divulgar el mensaje de que la Monarca une a tres países.

Todo esto me lleva a preguntar si es posible imitar ese gran esfuerzo en San Luis Potosí. Es claro que la Mariposa Monarca es un gran actor que le da hándicap a la zona, pero: ¿qué nuestra Sierra de Álvarez, el Paseo a la Presa o la Sierra de San Miguelito, no cuentan con variadas especies de flora y fauna, entre otros elementos, para preservarles y “explotarles” sosteniblemente como ocurre con la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca? Es pregunta.

Sigo pensando que se trata de un tema de voluntad política, ambiental y social, donde solo prive el ánimo de cuidar nuestro capital verde.

Delírium trémens.- En Cambio de Ruta y Extinction Rebellion San Luis Potosí iniciaremos un ejercicio de revisión física de las ANP´s potosinas, de carácter estatal y federal, a fin de situar áreas de oportunidad para visibilizarlas, fomentar su cuidado y potencializar su desarrollo. Es decir, les invitamos a que hagamos lo que SEGAM, SEMARNAT, CONANP y el Consejo Estatal de Áreas Naturales Protegidas se han negado hacer. Bienvenidos todos los que deseen participar.

@luisglozano