¿Qué quieres? ¿Cuánto?
y ¿A dónde te la llevo?
Drug dealer.
El año pasado el delito de narcomenudeo se incrementó casi un 10% partiendo de la integración de carpetas de investigación y en el segundo semestre en plena pandemia, fue el más alto. San Luis Potosí tuvo un incremento del 74% con respecto al año 2019, Guanajuato, Coahuila, Baja California, Chihuahua y la Ciudad de México capitanean el liderato.
Desde el 2009 en que se reformaron diversas disposiciones al código penal federal y a la ley general de salud, donde las autoridades estatales y municipales se hicieron concurrentes en la persecución, procesamiento y sanción del “narcomenudeo”, ha ido a la alza el delito, y fuente de corrupción y clientelismo entre autoridades y organizaciones criminales. Sin obviar la persecución sistemática de simples consumidores y que ningún Estado ha adoptado una política de prevención contra las drogas, más allá de espectaculares ridículos en calles y avenidas, infocomerciales lastimosos y frases melosas desde los DIF estatales como: “la droga destruye”.
Mire usted, según la ley de salud se convierte uno en “narcomenudista” y comete el delito cuando, “algún narcótico de los señalados en la tabla, en cantidad inferior a la que resulte de multiplicar por mil las cantidades previstas en dicha tabla, sin la autorización correspondiente a que se refiere esta Ley, siempre y cuando esa posesión sea con la finalidad de comerciarlos o suministrarlos, aun gratuitamente” (Tabla: solo para consumo: 5 gr de mota, 500 mg de coca, 50 mg de chiva y 2 gr de opio, etc.).
Policías de todos los colores y sabores, ministerios públicos y jueces en las treinta y dos entidades federativas y en los más de dos mil quinientos municipios entraron en una vorágine de la que aún no pueden unos, ni quieren salir otros.
El narcomenudeo es una expresión y progresión natural del negocio de las drogas –narcotráfico-, pero a la vez, es la otra cara de la moneda de los homicidios dolosos y hechos violentos de gran impacto social y no tenía porque ser de otra manera, cuando un delito en sus orígenes de competencia federal pasa a ser local, “ignorando” como operan las policías y las Fiscalías de los Estados y cuando las policías municipales están en su gran mayoría a disposición de organizaciones criminales con sus respectivos mandos a su servicio, era previsible lo que acontece hoy.
Políticos vendieron la idea y aún siguen vendiéndola que México es un país de paso de la droga o que tal o cual Estado es ruta del narcotráfico, nada más falso, el negocio es aquí y ahora. No se necesita mucha logística a diferencia de su exportación, únicamente el control de la plaza, “salpicando” a quien se deba e intimidando a la autoridad más débil. La ganancia es lenta, pero constante en comparación sí se brinca el charco o el río, pero eso lo hacen los grandes Cárteles, las bandas y organizaciones locales con su franquicia criminal ya autorizada y delimitada, les basta y sobra con su terruño, máxime si cuenta con población joven.
TAPANCO: El narcomenudeo en algunos Estados genera ganancias de casi 3 millones de dólares al mes, otros, los más pequeños, 20 millones de pesos mensualmente que circulan libremente de mano en mano en efectivo y reactivan la economía informal, con sus respectivos costos: infiltración, muerte y violencia.
Francisco.soni@uaslp.mx
twitter: @franciscosoni