México, paso y destino de la migración de otoño de aves

(Parte 1)

Esta ocasión trataremos un tema que se genera en este momento en los cielos de nuestro país y es una BUENA NOTICIA dentro del mar de malas noticias con que se nos bombardean todo el tiempo. Como cada año, en estos meses de octubre y noviembre se lleva a cabo la segunda gran MIGRACIÓN DE AVES de Norteamérica, en la que cruzan nuestros cielos mexicanos provenientes del norte y con rumbo al sur 4,500 millones de aves aproximadamente. La primer gran migración se lleva a cabo en sentido inverso, es decir de sur a norte, en los meses de marzo y abril, y consta de 3,800 millones de aves aproximadamente. La diferencia entre ambas migraciones es la cantidad de especímenes que mueren durante este periodo y que nacen nuevamente cada año. Los motivos de ambas migraciones son diversos, pero su fin es único, que es la supervivencia de la especie. Los motivos son huir de climas extremos, buscar campos de alimentación, buscar lugares de anidación, etc.

Para comprobar lo anterior sólo basta con poner atención en las aves que están en tu jardín, en las calles, en los parques urbanos o bien es las zonas rurales. Gran parte de las aves que observas son aves en tránsito que terminarán en tan sólo unas semanas en lugares tan distantes como Centroamérica, Sudamérica, Brasil, Argentina e incluso algunas hasta el Antártico. Esas golondrinas que dejarás de ver en estos próximos 6 meses, después de anidar en tu casa o en tu colonia, anidarán en casas o ciudades en Argentina y Brasil, para en gran arte retornar a anidar en México y Norteamérica en primavera de 2021.

En el mundo se repiten estas migraciones en otros continentes como serían la de Europa-Asia Occidental-África que se produce entre los países de Europa y Asia occidental cruzando el Mar Mediterráneo o bien por la zona del Canal de Suez y Medio Oriente. O bien la migración de Asia Oriental-Islas Orientales-Australia, que se produce cruzando desde Asia Oriental, es decir China- Rusia Oriental, Mongolia, Japón, etc. hacia zonas de Indonesia, Islas de mar Índico y el continente australiano.

En todos los casos, ambas migraciones -la de primavera y la de otoño- son el mejor momento para contabilizar y darnos una idea del estatus de población de las diferentes especies. Especialmente en el caso de nuestra migración americana, ya que al viajar las aves a lo largo de nuestro continente van entrando en un embudo que inicia en nuestra frontera norte y se va estrechando hasta llegar a Centroamérica, convirtiendo a nuestra zona en el lugar ideal para contabilizar el número de aves que cruzan el continente. Debemos estar conscientes de ser nuevamente un lugar privilegiado como país y en la medida de nuestras posibilidades ayudar a estos viajeros colocando bebederos y comederos en nuestros jardines, ya que en la mayoría de los casos implican viaje de varios miles de kilómetros.

Algunas aves anidan en el sector Norte del continente, otras en el sector Sur, otras en ambos sectores como las golondrinas, por lo que para muchas ésta será la primera migración de su vida. Algunas viajan de día guiados por la topografía del terreno y por el sol, pero la mayoría vuela de noche guiados por las estrellas y en algunos casos por los campos magnéticos de la tierra que para nosotros son imperceptibles y que ellas son capaces de sentir y de medir.

En este viaje migratorio enfrentan grandes peligros naturales producto de las grandes distancias que recorren, algunos de ellos llegan a recorrer el continente desde Alaska hasta la Patagonia y enfrentan en su camino depredadores naturales, tormentas locales, huracanes, ciclones, barreras topográficas, etc., y también enfrentan peligros artificiales hechos por nosotros humanos como son tráfico en carreteras, tráfico aéreo, cacería, edificios, construcciones, casas, ventanas, contaminación, iluminación de las ciudades y demás modificaciones que hemos creado en el ambiente.

Empezaremos por dar una idea de los estudios que se realizan para llegar a lo aquí expresado. En un inicio las migraciones se medían en forma directa y sólo a través de la observación y por el anillado de especímenes con sus datos de origen, de tránsito y de destino. Es poco común entre los cazadores el matar especímenes anillados que tiene los datos de procedencia del ave y una dirección donde reportar el lugar donde fueron muertos. Otros casos también de anillado y que se da mucho en aves rapaces es el atraparlos en los lugares de tránsito y de destino, y manejar los datos estadísticos de la migración sin sacrificar la vida del ejemplar. Es un proceso mucho más especializado, ya que implica atrapar el ave adulta en redes o bien en su nido, anillarlo y volver a atraparlo entre los millones de aves que migran para capturar sus datos y volverlo a liberar.