Mitomanía electoral

“Las mentiras parecen verdades para aquellos que están condicionados a no 

reconocer la verdad”

Dashanne Stokes

La proliferación de noticias falsas, también denominadas “fake news”, ha adquirido proporciones alarmantes en el marco de los procesos electorales contemporáneos. Este fenómeno no solo distorsiona la percepción pública, sino que puede tener consecuencias significativas en los resultados de las elecciones. Por tanto, es imperativo que todos los actores relacionados con el proceso electoral, comenzando por partidos y candidaturas, implementen estrategias efectivas para contrarrestar esta creciente amenaza democrática. Hoy quiero compartir algunas de las prácticas más efectivas y en el papel crucial que las autoridades electorales pueden desempeñar en este escenario.

La educación y concientización representan pilares fundamentales en la lucha contra las noticias falsas. Es esencial que la ciudadanía, los medios de comunicación y los políticos estén debidamente informados sobre la existencia y el impacto de estas noticias fabricadas. Una alianza entre autoridades electorales y medios de comunicación, pueden ser parte integral de esta estrategia y podrían desempeñar un papel activo en la promoción de programas educativos que enseñen a los ciudadanos a identificar y discernir información veraz de la manipulada.

La verificación de hechos se erige como una herramienta vital en la batalla contra la desinformación. Lo hemos visto en otros procesos electorales. Los medios de comunicación, los políticos y, especialmente, las autoridades electorales, deben asumir la responsabilidad de validar la información antes de compartirla. La implementación de plataformas de verificación de hechos respaldadas por instituciones de educación superior y organizaciones de la sociedad civil podría fortalecer aún más esta iniciativa.

Por otra parte, la transparencia en la divulgación de noticias, datos o incluso encuestas, surge como un elemento eficaz para prevenir la propagación de noticias falsas. Los políticos y los medios de comunicación deben comprometerse a ser transparentes respecto a sus fuentes de información y motivaciones. En este contexto, la ciudadanía y sus organizaciones de la sociedad civil pueden desempeñar un papel importante al exigir a los candidatos y medios de comunicación una divulgación completa y verificable de sus fuentes. 

La responsabilidad, tanto por parte de los medios como de los ciudadanos, es esencial para atajar la distribución de noticias falsas. La legislación no establece directrices claras y sanciones efectivas para aquellos que difundan información falsa durante los periodos electorales. Esto contribuiría a promover un ambiente de responsabilidad compartida en el que la retractación y corrección de información incorrecta sean prácticas comunes.

Es esclarecedor observar ejemplos paradigmáticos de la propagación de noticias falsas en procesos electorales pasados. Un caso emblemático fue la influencia de noticias falsas en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016, donde se evidenció una manipulación masiva en las redes sociales. Además, el referéndum del Brexit en 2016 también experimentó la diseminación de información falsa para influir en el resultado, revelando la necesidad apremiante de abordar este problema.

La lucha contra las noticias falsas en contextos electorales demanda un enfoque integral. Para algunos actores políticos, la responsabilidad y el compromiso con la verdad parece ser menos potente que la ambición y el dolo. La educación, la verificación de hechos, la transparencia y la responsabilidad son elementos clave. Al adoptar y fortalecer estas mejores prácticas, podemos construir un entorno electoral más robusto y resistente a la desinformación, garantizando así que la información compartida sea precisa y confiable.

X (antes twitter): @marcoivanvargas