No digo nada

Desde la ventana de la vida nos regocijamos con el aguacero.

¡Que caiga lluvia hasta que las nubes queden vacías y que esto no sea pronto!

Que el agua remoje bien nuestra Tierra y toda su piel: campos, praderas, montañas, hasta que sus reservas vuelvan a nutrirse y así permitir la vida.

Desde la misma ventana se ven un par de labradores saludando a la llovizna, mientras recorren los charcos dentro de sus extensas cuatro paredes. Nadie los ha visto nunca tan contentos.

Pero las razas pequeñas tiemblan con los relámpagos y el sonido que los acompaña un par de segundos después. Ahí donde cae el rayo vive la leyenda popular de la longitud del sonido y la distancia de su caída ¿qué dicen los que saben: cierto o falso? 1,2, 3 4 5...

Consejo campero: “No te guarezcas debajo del árbol, mejor corre por cielo abierto que será menos posible que el rayo te alcance y te fulmine”. Posibilidad común que ronda en las páginas de suspenso y terror de los clásicos del cine y la novela.

¿Quién no teme al relámpago y su fuerza, quién no ha sido niño a la vez curioso y fascinado por este fenómeno?

En mi mente se escurren las gotas furiosas de las tormentas sobre el jardín de la casa paterna -y materna: “¿Por qué de uno nada más?” dirían los “elles”-. Millones de ellas escurriendo sobre las viejas ventanas de herrería pintada de negro. Desde ahí, me parece como que la vida siempre transcurre en otro tiempo. Uno que fue, otro que ansiamos. Nunca satisfechos huimos de la tormenta y del presente hacia la ansiedad de futuro y la nostalgia del pasado. Enfermedad de viejos o de insatisfechos ¿por cuál votar?

¿Tú qué haces cuando llueve: agradeces o maldices. A lo mejor te es indiferente.

¿Te atreves a mojarte o ni se te ocurre? A mí me dan ganas a ver si me crecen ramas en el pelo y me convierto en la sombra de los días soleados y secos. Pero sería aburrido no poder desplazarme, aunque muy placentero sentir el aire meciéndose entre sus hojas.

Nada mejor que un invento como éste, para escapar de todo lo que parece no funcionar.

Te lo cuento aquí, en la página de las letras y las reflexiones. La de los análisis críticos y las disertaciones sociales para quitarle lo aburrido que parece todo.

Que un poco de locura se apodere de tu día y que unas gotas de lluvia te sirvan de aperitivo.