Novedosa anormalidad

Todo parece indicar que en San Luis Potosí, en breve regresaremos a la llamada nueva normalidad, que de entrada sí será novedosa, pero anormal. Andando el tiempo, supongo, se convertirá en normal.  

Resulta preocupante, sin embargo, que existe en el imaginario el supuesto de que el primero de junio todo volverá a la normalidad; es decir el mal quedará atrás. La realidad es que la pandemia no está superada, como tampoco lo está el riesgo de saturación de hospitales.

Que el común de la ciudadanía así lo perciba, tiene bastante lógica, pero resulta absurdo que las instancias gubernamentales pretendan reanudar labores a partir del próximo lunes, aunque sea en escalones. Creo que sería conveniente que consideraran etapas similares al gobierno federal, el cual considera que no existen garantías para reanudar labores, antes del 15 de junio. 

Por otro lado, el sector educativo –público y privado– ha señalado que durante el próximo mes las clases continuarán como hasta ahora, en la comodidad de los hogares y con la ya manifiesta incomodidad de los padres de familia.     

De cualquier forma, mientras en algunos sectores de la ciudad el confinamiento ha sido observado con rigurosidad monástica, en otros la licenciosidad está a la orden del día. Esto no sólo entre ciudadanos de cédula cuarta, probos, ímprobos, trabajadores y zánganos; sino también entre políticos. ¿A poco no vieron al gallardo polluelo y al arrogante currito luchando por alcanzar los mayores índices de popularidad repartiendo despensas?

La observancia del confinamiento, aunque la Alcaldía buscó forzarla cerrando plazas y espacios concurridos, lo hizo de tal forma que daba pena: puso los postes y cintas más espantosos que podamos imaginar; luego, se olvidó de ellos, y se observaban tirados unos y rotas las otras. Rascuache a más no poder el asunto. 

Pero lo que bien restringió a las masas, en los espacios del centro, no lo hizo en el jardín de Tequis, donde el domingo pasado la nutrida concurrencia ni se inmutaba, refocilándose incluso en los prados. Hasta en las prohibiciones hay niveles.

A lo que no le encuentro nivel es a la imbecilidad del equipo de Comunicación Social de la Alcaldía, que no sólo le hacen derrochar millones al pobre alcalde, sino aparte dicen una de estupideces en sus capsulitas informativas. Pongamos como ejemplo ésa en que luego de la sentencia de la Suprema Corte, en la que se le otorga la razón al Ayuntamiento en el manejo de sus bienes, indica que “ahora las y los potosinos, tomaremos nuestras propias decisiones”, ¿quiénes las tomaban antes?, ¿algún grupo inversionistas malayos?

Ojalá le puedan sugerir, que en vez de andar gastando en esos absurdos promocionales, destine ese dinerito a salud pública, y deje de andar buscando confrontaciones con el gobierno federal, porque no le dan dinero. Luego lo poco que le dan lo usa para el riego del narciso.    

El que también se ve mejor calladito, más bonito no, porque está complicado, es el secretario general de Gobierno, quien señala que los violentos enfrentamientos, ocurridos en los últimos días, derivan de la lucha de los cárteles locales por el control de espacios para venta de droga, luego que han estado cerrados antros y escuelas.  Esto, desde luego, implica el reconocimiento de la propia autoridad que existe la comercialización de sustancias prohibidas en esos espacios, ¿por qué no han actuado? Lógica pura: si se pelean por el control de espacios que sustituyan a los referidos, es porque había ganancias, luego había ventas; si hay ventas es porque la autoridad lo permite o no actúa.  

Donde parece ser que tampoco actuarán es en la UASLP, al menos no como lo había prometido el nuevo rector. Una de sus banderas de campaña, y primeros puntos de trabajo mencionados, fue la desarticulación de mafias académicas existentes en escuelas y facultades, mismas que ya manifiestan sus ambiciones por el control de sus cotos de poder. Veremos si la capacidad negociadora del rector Zermeño y la mano dura de su secretario general, operan en beneficio de la Universidad, o serán de los niveles pequeños de su antecesor.

Dos rumores circulan con cierta insistencia: la futura nominación del doctor Alcocer, para la dirección de la Facultad de Medicina, y las ambiciones de la diputada Sonia Mendoza para colocar en la presidencia de la CEDH, a una de sus asesoras.  Lo primero no estaría nada mal; lo segundo sería más terrorífico que los hospitales potosinos saturados de covidentos: entregar Derechos Humanos al panismo; novedosa anormalidad. \0/

Gracias por su lectura; quédese en casa.