El pasado 15 de abril la Secretaría de Salud dio a conocer los resultados de la estrategia Quédate en Casa, diseñada como política pública para enfrentar el crecimiento acelerado de la pandemia Covid-19; los resultados dados a conocer muestran que en promedio a nivel nacional las personas permanecen un 20 % más en casa; los estados con más alto porcentaje son: Quintana Roo y Baja California Sur, con casi 30%; los que menos lo hacen son: Veracruz, Michoacán y Guerrero; San Luis Potosí se ubica en el lugar 20, por debajo del promedio nacional.
¿Por qué estos resultados? Las respuestas más comunes que encontramos entre nuestros familiares, amigos y conocidos son: “tengo que trabajar”, “el coronavirus es un invento del gobierno”, “el virus no existe”, “de algo tengo que morir”, “estamos de vacaciones”; la respuesta más racional es “tengo que trabajar”, pero bajo el amparo de las demás justificaciones se sigue frecuentando a amistades y familiares u organizando festejos masivos, pareciera que para 81 de cada 100 potosinos no hay nada de qué cuidarse.
La primeras conclusiones a las que podemos llegar son: “somos una sociedad irresponsable”, “somos una sociedad inconsciente de la situación que estamos viviendo”; para un análisis más serio, la segunda conclusión es la más útil; la disciplina que nos ayuda a explicarla es la economía del comportamiento, la cual plantea que los seres humanos somos más irracionales de lo que quisiéramos, para ello plantea que en todo ser humano existen sesgos que determinan la toma de decisiones de su vida cotidiana.
Los sesgos del comportamiento humano se refieren a la manera en que la mente procesa la información que recibe, existiendo influencias emocionales y hábitos que nos hacen incapaces de tomar decisiones racionales; los sesgos se activan de forma automática, la mayoría de veces sin que las personas se den cuenta o lo hacen demasiado tarde; en el caso del comportamiento en torno al Quédate en Casa, el sesgo del optimismo es el más útil para comprender el por qué los mexicanos no respetamos el quédate en casa.
El sesgo del optimismo en el comportamiento de las personas se refiere a que los seres humanos tienden a ser positivos por naturaleza, es un mecanismo de defensa que contribuye a nuestro bienestar emocional ya que elimina el sufrimiento y la ansiedad que vivimos día a día; sin embargo, trae consecuencias negativas como es el exceso de confianza, con lo que se corre el riesgo, en el caso de la pandemia, de contagiarse sin desarrollar los síntomas y con ello contagiar a las personas con las que interactuamos.
En México pareciera que 80 de cada 100 piensan “eso no me va a pasar”, “no me imagino contagiado de coronavirus”, pero este sesgo se puede disminuir con información, identificando y comprendiendo este sesgo en cada grupo social, principalmente en jóvenes, y ayudarles a actuar de manera más reflexiva, superando la creencia “de qué sirve que me cuide si la mayoría no lo hace”; invitar a los diversos sectores sociales a actuar con responsabilidad social, como una manera de evitar una catástrofe en la salud pública del país.
Combatir la pandemia depende del aislamiento voluntario para disminuir la propagación acelerada, pero la probabilidad de contagiarse también depende de qué otros se cuiden, lo cual supone un interés colectivo de salud pública sobre el individual; nadie desea el aislamiento, pero los beneficios colectivos son claros, nuestra salud y la de quienes nos rodean, por lo que tenemos que pensar: “cuidarme para con ello cuidar a los demás”, principalmente a las personas más cercanas a nosotros, en donde predominan familiares y amistades.
En resumen, la mayoría de mexicanos, en posibilidades de hacerlo, han ignorado el Quédate en Casa, el optimismo es la causa, sin embargo, hasta ahora es la estrategia más efectiva para combatir la pandemia que nos aqueja, por lo que necesitamos pensar en los seres queridos de nuestro entorno, familiares y amigos, el motivo es que tendemos a ser más realistas cuando se trata de una persona cercana y concreta que cuando pensamos en personas que no conocemos. Falta poco: Quédate en casa.
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