Veíamos la semana pasada que quien dejará la presidencia allá es un señor demasiado parecido al de acá, con excepción de su piel y cabello o su bandera y lengua nacional. La historia continúa y tanto Trump como López Obrador no acaban de entender lo que está ocurriendo.
Miren ustedes, hay puntos de especial interés que nos dan idea de lo sucedido y de lo que puede venir. Veamos.
Joseph R. Biden, de 77 años, viene a ser el segundo católico en llegar a la presidencia de Estados Unidos después de John F. Kennedy hace 60 años. Abogado y con una larga carrera política como legislador demócrata (senador 36 años) y vicepresidente (8), es un hombre que ha tenido que enfrentar duras tragedias familiares y, creo yo, salió fortalecido de ellas.
Tras 6 años de matrimonio su esposa Neilia y su hija menor ‘Amy’ (Naomi) murieron en un terrible accidente automovilístico, en tanto que sus otros dos hijos Beau y Hunter quedaron gravemente heridos pero se recuperaron. Cinco años después, en 1977, se casó de nuevo, con su actual esposa Jill, una maestra de educación básica que tiene un doctorado, y procrearon una hija más, Ashley. Luego, este 2015 su hijo Beau murió de un cáncer cerebral.
A diferencia de otros casos como los de huérfano, viudo o viuda, el padre que pierde a un hijo no tiene una denominación específica quizá al tratarse de una aberración, pues lo lógico es que por su edad los hijos mueran después que los padres o abuelos. Resulta absurdo y muy doloroso, pero claro que puede suceder… y la familia debe seguir adelante.
En fin, tras la elección estadounidense podemos decir que se va la indecencia de un latoso y perverso naco (güero en este caso), y tiende a regresar la sensatez o civilidad a ese poderoso gobierno. En los términos del actual presidente mexicano, Joe Biden sería acá un Fifí… estudioso y trabajador que ha tenido éxito por sus méritos.
Con los procesos electorales suele decirse que “las encuestas se equivocaron”. Pero, bueno, ahora se confirma un resultado menos estrecho en su conjunto y sólo algunos estados quedaron mucho más apretados que otros como se había previsto, frente a los adelantos muy exiguos que se empezaron a conocer el día de la elección y que han sido utilizados por Trump para cantar “su victoria”.
Fíjense, él no ganó en el voto popular (distancia de 5.4 millones a favor de Biden), ni tampoco en los votos o delegados para el Colegio Electoral por cada estado: sin el mínimo de 270 que otorga la presidencia, y 74 por debajo de Biden (306, datos finales ayer día 13), aun con un recuento. En 2016 igual se sostuvo el pronóstico favorable en votos populares para Hillary Clinton (2.9 millones).
En cuanto a las proyecciones de resultados, que son atacadas por los morenistas (dizque de izquierda) para apoyar a Trump (conservador de derecha), vale la pena destacar que medios y agencias estuvieron bastante bien (sin un equivalente al INE) como en otras elecciones. Junto a otros 10, la Associated Press (AP) “cantó” o proyectó con aptitud las asignaciones finales este 2020… lo ha hecho desde 1848: incluso en 2016 que Trump ganó (entonces no se quejó).
Allá el actual presidente se encapricha y se aferra a su deseo personal de hacer historia, sin mayores bases aritméticas o legales según explican expertos ante alegatos de un complot en su contra, a la par que el nuestro se resiste a felicitar a Biden por su triunfo finalmente muy claro y muestra una extraña ignorancia sobre el caso. En aquella nación no existe una autoridad electoral, sino un Colegio que recoge lo contabilizado por los ciudadanos en cada estado.
Ayer fue el cumpleaños del nuestro y este viernes 20 es el del presidente electo. Esperamos que AMLO no tenga miedo de que Trump se enoje si lo felicita… Allá y acá muchas cosas tendrán que empezar a ser distintas, por el bien de ambos países.
Mientras tanto, oigan, estas semanas inmediatas habrá que estar muy atentos a lo que sucederá en Estados Unidos y aquí en México, sin dejar de lado que —ojo— a los populistas les encanta el papel de víctimas.
* SE DESGRANA LA MAZORCA de los precandidatos más serios y sólidos a la gubernatura. Ya comentaremos.
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