PARA EL CEEPAC LLEGó LA HORA DE LA PRESTANCIA Y LA AUTOESTIMA

Durante los próximos meses el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana estará convertido en una institución crucial para que los potosinos solventemos sin desorden, sin violencia, sin traumatismos sociales y con apego a la legalidad, una de las decisiones más trascendentales que debemos tomar colectivamente: quién nos va a gobernar y quiénes nos van a representar para hacer las leyes. En este tránsito, todos los integrantes del Ceepac, con sus siete consejeros a la cabeza, deben estar conscientes de que lo que no hagan por sí mismos para preservar la honorabilidad y respetabilidad del organismo, no lo hará nadie. Al contrario. El alto precio de un órgano electoral desprestigiado y sin credibilidad lo pagaríamos todos.

El próximo domingo 21 es la fecha límite para que el Ceepac resuelva sobre la procedencia o no de las solicitudes de registro de candidatos a diputados locales de representación proporcional, popularmente conocidos como plurinominales. En condiciones normales, éste suele ser un trámite sin mayor realce en términos de opinión pública.

Esta vez no es así por un caso en particular: la pretensión del Partido del Trabajo de que se registre como el primero en su lista de candidatos plurinominales (posición que le garantiza la curul) a Héctor Serrano Cortés, quien no cumple con los requisitos legales para ello.

Serrano Cortés es oriundo del entonces Distrito Federal y actual diputado federal de representación proporcional por la 4ª. Circunscripción que integran la Ciudad de México, Guerrero, Morelos, Puebla y Tlaxcala. Nada que ver con San Luis Potosí.

Nuestra Constitución dispone (artículo 46 fracción II) que para ser diputado local se requiere, entre otros requisitos, “Tener la calidad de potosino por nacimiento con residencia efectiva en el Estado no menor de seis meses inmediatos anteriores al día de la elección y, si se trata de potosino por vecindad, la residencia efectiva inmediata anterior al día de la elección deberá ser no menor de tres años, a partir de la adquisición de la calidad de vecino”. 

Hace tres años, para ser registrado por el PRD como candidato a diputado federal plurinominal en la Circunscripción mencionada, HSC debió acreditar su residencia efectiva en la Ciudad de México, por lo cual, obviamente, no podría acreditar ahora que desde esa misma época era residente en San 

Luis Potosí.

Sí es tan clara la situación ¿por qué tanta inquietud? Primero, porque existen argucias legales para simular el cumplimiento del requisito de residencia, y segundo, porque desde hace más de quince años, cuando Rodolfo Aguilar Gallegos llegó a la presidencia del Ceepac, ha flotado en su memoria colectiva la idea de que se trata de un organismo de buena fe y facilitador de la tarea de los partidos. A partir de ahí, se hace hasta lo imposible para eludir problemas. Es decir, nuestro órgano electoral funciona mucho con la convicción de que si llega alguien que “bajo protesta de decir verdad” declara que es Pancho Villa con 143 años de edad según un acta de nacimiento borrosa, el Ceepac se lo creerá en primera instancia por ser “un organismo de buena fe”. Si nadie impugna, el Pancho Villa matusalénico queda registrado.

No puede ser porque también hay algo que se llama decoro, autoestima o dignidad personal. Finalmente, si el Ceepac niega el registro, como en buena lógica se espera, Serrano Cortés y patrocinadores podrán litigarlo en otras instancias, pero de entrada nuestro principal órgano electoral se habrá salvado de la indignidad y el escarnio público.

Abordar este tema no gratuito, porque desde el momento que presentó su solicitud de registro HSC debe haber acompañado alguna documentación para intentar acreditar su residencia. No he logrado acceso al expediente, pero todo hace suponer que dado su patrocinio gallardista lo más probable es que el Ayuntamiento de Soledad le haya expedido una carta de residencia.

Independientemente de la personalidad y los antecedentes políticos de Serrano (asociado político de Gallardo Cardona desde fines del 2018 cuando llegaron juntos a la Cámara de Diputados como integrantes de la fracción del PRD, que pronto abandonaron para irse uno al PT y el otro al PVEM), que igual podría ser la versión masculina de la Madre Teresa de Calcuta, lo que resulta inadmisible es que a los potosinos se nos quiera ver la cara de estúpidos con tan burlona facilidad.

Hasta donde alcanzamos a registrar, Héctor Serrano Cortés, integrante del gabinete de Miguel Ángel Mancera en el gobierno de la ciudad de México del 2012 a finales del 2017, se trasladó a vivir en esta capital hace cosa de año y medio, invitado por su amigo Ricardo 

Gallardo Cardona.

Para el Ceepac la disyuntiva es clara: se reconoce a sí mismo como garante de legalidad y racionalidad en este proceso electoral o finge demencia, come sapos y se lanza al lodazal.

Del lado de Gallardo Cardona la definición es nítida: no le importa convertirnos en un albañal político si ello sirve a sus intereses. Permítanme un comentario individualizado que igual no creo que sirva de mucho: “Pollo, pollito, no seas tan soberbio; no ofendas así a tus paisanos”.

LA INGRATITUD HIJA DE LA AMBICIÓN

El cambio de partido entre políticos no es nada extraordinario en los países con sistemas más o menos democráticos. Hay casos en que la mudanza está justificada, pero no en todos. Algunos hay que incluso resultan incomprensibles por aberrantes. Hoy me ocupo de uno de estos, muy de aquí, que se me ha ido quedando en el tintero desde hace semanas.

Sonia Mendoza Díaz andaba en sus veintitantos años cuando, en 1994, fue invitada a fungir como síndico en un ayuntamiento panista de su natal Matehuala que iniciaba funciones al comenzar 1995. En este mismo año se registró como militante del PAN. Concluido su encargo al final de 1997, pasó algunos años desempeñando distintas responsabilidades en las dirigencias municipal y estatal de su partido.

Del 2004 al 2006  fue delegada federal de la Secretaría de la Reforma Agraria. A partir de ahí, ya no paró: de 2006 a 2009 fue diputada local; de 2009 a 2012 diputada federal, de 2012 a 2018 se desempeñó como senadora de la República (en el 2015 fue candidata a gobernadora), y desde septiembre del 2018 al día de hoy es nuevamente diputada local. 

Lo que estos datos indican es que en sus 26 años de militancia panista, 20 los ha pasado en cargos producto de su pertenencia al Partido Acción Nacional: tres como síndico, dos como delegada federal y lleva 15 años de corrido como legisladora. No es exagerado decir que toda su vida profesional y adulta ha vivido, y nada mal, gracias a muy buenos ingresos derivados de su militancia panista. Doña Sonia vive bastante bien, su patrimonio es considerable. Ella se lo ganó, pero siempre gracias al PAN.

Así llegamos a hace unas semanas, cuando la dirigencia de su partido no pudo o no quiso obsequiar los deseos de SMD de ser nuevamente candidata a diputada federal, y sin más ¡renunció! ¿Pero cómo? Luego de 25 años diciéndole siempre que sí al primer no abandonó el barco y, peor aún, ahora lo torpedea desde un navío ajeno.

Lo peor de todo es que a Sonia le dijeron que no Juan Francisco Aguilar, de alguna forma también Xavier Azuara, y en ultima instancia Marko Cortés, pero haciéndose la desentendida le está pasando la factura al partido, a la institución que tantas y tan buenas oportunidades le dio.

Aquí llegamos a un punto fino. Dudo que alguien de la inteligencia y experiencia de Sonia Mendoza Díaz no sea capaz de distinguir entre partido y dirigentes. Por supuesto que entiende la diferencia, pero le conviene hacer como que no.

¿Qué es un partido político? Simplificado el tema, yo diría que es la suma de su militancia, sus principios, sus valores, sus documentos fundacionales, su normatividad, sus hábitos o sus modos de hacer las cosas, su historia con triunfos y derrotas. ¿Qué es una dirigencia partidista? Un grupo reducido de individuos que transitoriamente ocupan cargos en los que deben respetar a la militancia, sus principios, sus documentos fundacionales, etcétera, etcétera.

No hay manera razonable de que la exsenadora y excandidata a gobernadora diga que quien la trató mal fue “el partido”. En todo caso, quienes la trataron mal y la hicieron enojar fueron Juan Francisco, Azuara, Cortés y unos cuantos más. ¿Por qué no se los cobra a ellos? Bien podría haber invadido y bloqueado el despacho de Juan Pancho o haberse puesto en huelga de hambre a sus puertas; igual pudo llevarlos a todos ante los tribunales si es que afectaron sus derechos. En un punto extremo -sin que sea sugerencia- es a ellos a quienes debería reclamar, denostar y escupir. 

Nada de eso. Por la sombrita, a la facilona, a agarrar hueso de amo nuevo a cambio de lastimar, de dañar a la institución que, como dicen los viejos, “la hizo gente”. Y que conste: no soy panista.

COMPRIMIDOS

Tengo la impresión de que lo que le están mandando desde hace días a Gallardo Cardona ya no son filtraciones o indiscreciones; son mensajes no tan crípticos más o menos en el sentido de “Bájate tu solito para no tener que ir a bajarte nosotros”.

Me parece también que el poco usual desplegado del pasado jueves, firmado por todos los senadores y diputados federales del PT y el PVEM, advirtiendo que no tolerarán que se criminalice a su candidato a gobernador potosino, tiene un trasunto a eso que antes se llamaba “oír pasos en la azotea”.

Si vemos bien las cosas, a la abanderada morenista no le hacen falta enemigos; con sus “amigos” tiene. Las peores puñaladas que ha recibido su naufragante candidatura son de supuestos aliados, promotores o simpatizantes. Ese lance de Mario Delgado de salir a decir que Morena lleva la delantera en intención de voto en once de los quince estados donde se elegirá gobernador, mencionándolos para hacer explícito en cuales no le pintan bien las cosas, es un puñaladón trapero. Con razón la doctora trae mirada tan triste.

La Fiscalía General del Estado debe asumir con toda seriedad y todos sus recursos la investigación del incidente ocurrido el lunes pasado en Soledad, cuando desconocidos lapidaron un vehículo de campaña del PAN, porque ampliar el riesgo de violencia en la contienda electoral sería muy irresponsable.

Entiendo que el equipo jurídico de Caco le dice que no se preocupe, que el asunto de la lista pluri priista lo ganan fácil en tribunales, solo que yo no veo ahí el verdadero problema. Lo veo por los rumbos del DIF y del feminismo doméstico.

Hasta el próximo jueves.