Percepciones

La aparente tranquilidad en el entorno político potosino que se percibía en semanas anteriores, en ésta se interrumpió de una manera abrupta, derivado de varios sucesos que se podían percibir desde los últimos días de la anterior. 

Los cambios al interior del Ayuntamiento evidencian la falta de pericia política del alcalde, quien va a la baja no sólo en el manejo de la ciudad sino de la propia estructura operativa del municipio. Pero, nos dicen que, en oposición a su declive, su esposa se posiciona como una de las mujeres más influyentes de la política mexicana. Curioso que la percepción de los potosinos sea otra, más cuando en las administraciones municipales y estatales, las esposas de los alcaldes o gobernadores han destacado precisamente por su discreción. 

Un indicador de que las cosas ya no van del todo bien es cuando los políticos comienzan a tratar de proyectar a sus familiares. No digo que así sea en este caso, pero tampoco se percibe que derive de un análisis serio y objetivo. Bueno ni Socorrito Blanc se atrevió a tanto, a pesar de lo frivolilla que le gustaba ser.         

Quien sí se percibe con energía propia de la popularidad es la profesora Noyola, quien un día sí, y el otro también se pronuncia y confronta contra la inoperancia de Interapas y su gimoteante director. Es evidente que la fuerza le viene de otro lado, y su papel no es otro que demostrarle al alcalde potosino que no es él quien trae todas las canicas en la bolsa. De lograr la alcaldesa soledense la escisión de su municipio sería una pérdida enorme de influencia y popularidad la de Galindo. 

Mientras, a imagen y semejanza de Marcelo de los Santos, el gobernado Gallardo embellece su palacio, ya son varios los días que las ventanas del primer piso de la fachada de palacio, se están embelleciendo. De poco le servirá algo que no se percibe por el eterno plantón de los sindicatos de trabajadores de gobierno. 

Nadie desde luego, podrá criticar que se esmere en poner linda la casa, al menos en su fachada, porque el resto del estado continúa con angustiantes cifras en materia de seguridad. Diario aparecen ejecutados que muestran como la brutalidad incrementa entre los grupos criminales que se apropian (si no es que ya lo hicieron) de San Luis Potosí. 

Porque hasta ahora no hemos escuchado una estrategia real en esta materia; cierto es que se anunció un grupo swatch (supusieron algunos que como los relojes y por eso serían tictacqueros) pero de allí no ha pasado la cosa. Se sabe también que en breve se anunciará una Guardia Civil, lo cual –al margen de los asegunes– es loable, pero siempre y cuando ofrezca resultados inmediatos. Sí, en eso se asemejan gobiernos estatales y municipales, no pueden en absoluto con la inseguridad y ¿dónde está el policía? 

No importa tanto, la cosa se puede seguir matizando con los lamentos permanentes (ya parecen el director de Interapas) de la herencia maldita, porque cada vez más se apropian de la frase y el discurso, no tardan mucho en aparecer y repetir: “ya nos saquearon, no nos volverán a saquear”, mientras discretamente secan una lágrima. 

Palabrería, no más; en este sentido resultó más osado el vecino gobernador tictoquero, que logró que al menos dos días, con el riesgo que la mutilación de extremidades, mandara tras las rejas al Bronco. No hay acción, sólo bravatas y firmas de desplegados que le permiten sentirse respaldado, si no pregúntele a Xavier Nava qué le dijeron en Bucareli. 

Quien sí pasó de las bravatas a los hechos fue el senador Marco Gama al renunciar a su militancia en  Acción Nacional; sólo al partido, la curul con sus respectivas dietas la tiene más agarrada que nunca. Acertada, pero ingenuamente, Héctor Mendizábal señalaba que para ser congruente con los dichos, también debería de entregar su escaño en el Senado; pero cómo le pide que renuncie a los centavitos de los que se ha mantenido los 32 años que ha medrado de ese partido, y de los que se seguirá manteniendo al subirse al movimiento del tren naranja. 

Porque nadie se traga el cuento de su apostolado al servicio de los más necesitados, de ser así hubiera permanecido entre los azules; la realidad es que va por los centavitos de Movimiento Ciudadano. Lo curioso es que el otro vividor que es Eugenio Govea lo vaya entregar así, sin más ni más; seguro alguna indemnización le dieron, si no es que le permitieron nombrar a su propio sucesor. Nada tendría de raro, tienen los mismos orígenes sociales, regionales y partidistas. Mientras tanto Mauricio Ramírez queda como el perro del carnicero. 

Los naranjas crecen en apariencia, pero están castrados de inicio; un líder de derecha como opositor a un gobernador que se dice de izquierda y que cada día se fortalece más. La llegada de Héctor Serrano a la delegación política estatal del Partido del Trabajo, y por consiguiente su residencia efectiva en el estado, podrían permitir que en las siguientes elecciones al ser favorecido con una curul, se convirtiera en su gran operador dentro de la próxima legislatura.

Avanza el semáforo verde y nadie se da cuenta del peligro real, parecen aletargados. Perdón, no me refiero ya a la política local, sino al estado de la pandemia; el lunes todo el país se declara en verde. Aquí, esperemos que al morado de la Procesión, no siga de nuevo el negro de esquelas y crespones. 

Gracias por la lectura. Recorran el Tangamanga al anochecer, la iluminación sorprende, quizá porque ya nos acostumbramos a vivir en una ciudad a obscuras.