Premios y otros incentivos culturales

Comparto algunas ocurrencias al vuelo sobre los premios estatales de cultura 20 de Noviembre y sobre tópicos relacionados. Quizá hay algunas ideas alucinadas de plano, otras como que un poquito más propositivas. Cada quien vea por dónde va cada una, y a ver si a las “respeitivas” autoridades les parecen.

Mucho se ha discutido sobre la necesidad de reconocimiento al arte, y también los mecanismos para hacerlo. Amén de transparencia, se ha hablado de continuidad, formación de públicos y derechos culturales, y de retribuir a la población algo de lo que se obtiene. 

Las becas del Fonca son un buen ejemplo: durante una reciente discusión se habló de grupismo y de género, de amiguismo y de localizaciones geográficas. Se mencionó también la desunión gremial de quienes hacen arte, los elitismos, y por lo mismo el alejamiento hacia ellos de buena parte de la población: hubo quienes hasta de mantenidos tildaron a todo el gremio artístico. 

El caso de los premios es distinto, cierto, pero hay casos donde algún escritor tiene una beca para escribir una obra, y cuando ya está escrita gana algún concurso y luego publica en editorial privada. En los concursos, a la par de difusión de las obras puede haber reciprocidad; una relación gana-gana, como se dice por ahí.

El Certamen 20 de Noviembre de San Luis Potosí fue creado en 1949, y en 1950 el primer ganador fue Joaquín Árias. El jurado lo integraron Francisco Cossío Lagarde, Pedro Díez Gutiérrez, Luis F. Nava, Luis F. Aznar y Jesús Mejía Viadero. Pilar Pérez Cruz, en su libro aún inédito sobre el pintor Felipe Moreno Díaz, consigna lo que se publicó en la revista Letras Potosinas de 1951: «los miembros del jurado han acordado a solicitud a solicitud del Mandatario del Estado, reglamentar en toda forma las bases que regirían estos certamenes, a fin de evitar resentimientos entre los concursantes y para que sus obras tengan una justa valorización por los jurados».

La convocatoria del 20 de Noviembre ha ido mejorando año con año, de lo muy local a jueces nacionales, por ejemplo. Esta vez no hubo premios desiertos pero hay que seguir en busca de la paridad de jurados, si no en cada categoría, sí en lo global. Y hace falta seguimiento. ¿Qué ha pasado con los ganadores de estas 68 emisiones del premio? ¿Siguieron creando, se les dio espacio? ¿Qué pasa con las menciones honoríficas, se publicaron? Hasta suena como tema para una buena investigación.

Publicar la obra premiada es necesario, pero en el sentido amplio. No es sólo un libro, una exposición o un par de funciones (aunque sí, que los haya, baratos y con difusión más allá de Facebook), sino darles continuidad, que el arte llegue a todos los rincones y se apoye el talento de todos los municipios. ¿Tutorías, talleres? Los artesanos ganadores podrían entrar al padrón de proveedores de las secretarías de Turismo y a los programas de apoyo a productores locales.

A propósito de incentivar la creación artística, ¿para cuándo se lanzará la convocatoria estatal del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA)? ¿Volverán los juegos florales y otros concursos literarios? ¿Volverá a dársele un lugar al Canal 9? ¿Y las redes?

De vuelta al Certamen 20 de Noviembre, faltan categorías. No es justo que un libro para niños entre a la misma categoría de narrativa “para adultos”. ¿Y el ensayo? Son dos géneros que merecen incentivarse y bien podría abrirse un rubro específico para cada uno. Hay un premio para tesis y libros académicos, pero faltan ensayos, ese género que hibrida lo literario con el rigor científico, ese género donde se han hecho tantos aportes al pensamiento. 

Viene a cuento la argumentación de Enrique Serna sobre el tema, de su libro Giros negros (2008):

«Si los criterios de excelencia académica fueran más racionales, los maestros universitarios deberían exigir que la metodología de una tesis quedara sepultada en los ficheros y el autor expusiera sus ideas, en caso de tenerlas, sin explicar cómo puso las varillas del edificio. Claro que entonces las tesis no excederían de diez cuartillas, pero valen más diez cuartillas sustanciales y bien escritas que doscientas de circunloquios. Tampoco se les puede imponer a los estudiantes un rígido modelo de argumentación, porque el trabajo intelectual muchas veces consiste en romper ataduras y saltarse trancas […] Si se juzgara a los académicos por sus aportaciones, y no por su fidelidad a los métodos, las autoridades universitarias deberían admitir que la reflexión libre no está reñida con la inteligencia. Pero entonces las mejores plazas serían para la gente más lúcida, y el principal objetivo de la burocracia universitaria es cerrarle el paso a la inteligencia...».

Manuel José Othón fue un gran poeta, pero el nombre de este autor bien pudiera cambiarse en un par de categorías. ¿Tienen que ser a fuerza artistas de San Luis Potosí? Total, los nombres de varios museos no son así como que digamos muy locales.

Candidaturas potosinas a dar su “apelativo” a estos premios sobran. En narrativa, por ejemplo: Jorge Ferretis, Jesús Goytortúa o, más reciente, David Ojeda. En poesía: Joaquín Antonio Peñalosa o Félix Daujare. En dramaturgia Óscar Villegas o Antonio González Caballero. En pintura allí están José Jayme, Juan Blanco o Primo Soria, y en grabado, por supuesto, Francisco Eppens. Mejor aún, ¿por qué no ponerles nombres de autoras potosinas? Por ejemplo, el de narrativa podría llamarse Asunción Izquierdo, y el de poesía Juana Meléndez o Concha Urquiza. El de pintura bien podría ser Teresa Caballero o Carmen Esquivel y dejar el de Raúl Gamboa para grabado o dibujo.

En fin, son ideas, apuntes. Abrazo a quien corresponda. Gracias por las lecturas y vamos por más.

Posdata: Como comentamos ya, habrá al menos un par de becas para el taller de Iniciación a la Escritura en el Centro de las Artes que se llevará a cabo los sábados a partir del 18 de enero de 2020. La primera, mediante la presentación de un proyecto de libro, que habremos de tallerear durante esas doce sesiones; hay que enviarlo, con sinopsis y cronograma, a mi correo. La segunda beca es un reembolso del 100 % durante la primera sesión, con un sorteo. Del taller que tendremos entre semana en algún café de la capital del estado a partir de enero pronto habrá noticias. Y por supuesto sigue abierta la invitación para tallerear en municipios y barrios.

Web: https://alexandroroque.blogspot.mx

Twitter: @corazontodito