Primera reunión de presidentes

“No hay distancia que no se pueda recorrer, ni hay meta que no se pueda alcanzar.” 

Napoleón Bonaparte     

     

En días pasados se llevó a cabo la primera reunión entre los presidentes de Estados Unidos y de México. La intención original se dio para celebrar el inicio del nuevo tratado comercial entre los tres países de América del Norte. El evento se llevó a cabo con la ausencia del Primer Ministro de Canadá.

    Esta ausencia fue criticada, sin embargo, mi apreciación es que el canadiense prefirió prudentemente permitir que U.S.A y México platicaran no solo del T-MEC, sino también de sus diferencias en temas políticos como nuestras fronteras; sur y norte, contrabando ilegal por ambos lados, de diversos productos, políticas económicas en forma retroactiva a permisos y concesiones por parte de nuestro país y la imagen de esta reunión ante los 36 millones de méxico-norteamericanos en la víspera electoral de ese país y que muchos de ellos, son electores en noviembre próximo. Parece ser que los temas de drogas y armas quedan pendientes de tratar, al igual que los migrantes mexicanos y centroamericanos. 

    Este nuevo tratado (T-MEC), permite el desarrollo de acciones que van a continuar fortaleciendo la competitividad al interior de nuestra economía, se motivarán los desarrollos regionales y la creación de empleo. Se tomó en consideración a las pequeñas y medianas empresas en las cadenas de valor de cada región y existe al interior de nuestro país un nuevo modelo económico para desarrollar las regiones del sur/sureste (punto difícil de implementar). La experiencia nos muestra el crecimiento económico de las tres naciones, en especial en lo concerniente a una mayor competitividad y productividad, garantizando así el empleo y reduciendo la pobreza, la cual ha crecido en México durante los últimos tres meses a un total de 70 millones de mexicanos, y dentro de estos, se encuentran 18 millones de personas en pobreza extrema (quien no tiene el alimento seguro para mañana), en teoría, se debe fomentar en este Tratado la transparencia y el combate a la corrupción. Aunado a todo esto, se garantiza con estas nuevas reglas la protección al trabajo y al medio ambiente (tema muy discutido y poco cumplido). 

    Ha sido muy comentada la visita del Presidente López Obrador a EEUU, la realidad es que a nuestro país y a nuestra economía (empleo y riqueza generada con el T-MEC), le es indispensable tener buena relación con la nación económicamente más poderosa del orbe, y más aún cuando nos compra el 82% de las exportaciones totales. Dicho en otras palabras, hay que llevarla bien con nuestro único (prácticamente) cliente externo. Esto, no representa sumisión ni derrota. Es comercio internacional, y el principal beneficiario es la estabilidad familiar que se da cuando un miembro de casa tiene empleo, ingreso y prestaciones. (dinero, salud, vivienda, educación, etc.). Es muy importante que el discurso pronunciado en los eventos, respecto al estado de derecho y su sostenimiento, se lleven a cabo, pues la incertidumbre y poca certeza que actualmente se presenta para la inversión privada productiva, ha originado una severa caída y es por ello que también se manifiesta en el pronóstico de la economía nacional al cierre del año, con una baja del (-) 10.5% del PIB. Algo nunca visto desde la Gran Depresión (1929-1933), cuando nuestra economía cayó el (-) 14.5%. Ya no nos debe suceder nuevamente. Se requiere de una política económica que garantice y fomente la inversión productiva, de no ser así, aún estando en el T-MEC, si no trabajamos a la par de nuestros socios en las reglas de política exterior e interior, acordes a su sistema político-económico, nos dejan de comprar y ese escenario, SÍ es un problema socio-económico-político.     

  

P.D. “No puedes ayudar a los pobres destruyendo a los ricos.” Abraham Lincoln 

Consuma lo hecho en México y estará dando trabajo a los mexicanos. 

¡México es primero! Julio del 2020