Propuesta ecológica de nuestra presidenta

(Continúa la 

política ficción)

Parafraseando nuevamente al creador del concepto de POLÍTICA FICCIÓN, Carlos Salinas de Gortari, nuestra presidenta que tuvo el acierto de asistir al foro del G20 que se celebró en Río de Janeiro este mes, contraviniendo a su antecesor y maestro AMLO en la tendencia de no asistir a prácticamente todos los foros internacionales del mundo. En su intervención y siguiendo la POLÍTICA FICCIÓN, propuso que el 1% de los gastos militares del planeta, que equivale a 24,000 millones de dólares anuales, se destine a la “LUCHA CONTRA EL HAMBRE Y LA POBREZA”, lo cual es una excelente idea, mas no PREDICA CON EL EJEMPLO, ya que utilizó el ejemplo peor, enfocándolo a que con ese dinero se podrían reforestar 15 millones de hectáreas equivalentes al 7.5% del territorio nacional, con lo que se apoyarían a 6 millones de sembradores de árboles y por lo tanto a 6 millones de familias, al tiempo que se mitigaría el CALENTAMIENTO GLOBAL por la absorción de CO2 y se detendrá el proceso de desertificación. La rimbombante propuesta en resumen dice: “DEJAR DE SEMBRAR GUERRAS, PARA SEMBRAR PAZ Y VIDA”, lo cual se escucha demasiado bonito. 

Pero su realidad -y por lo tanto la nuestra- es que el programa SEMBRANDO VIDAS es sólo una parte de maquinaria de compra de votos del partido en el poder, tal y como lo hacían PRI y PAN en su oportunidad, con diferentes programas enfocados al sector rural y ambiental, con los cientos de programas de reforestación fallidos de los cuales no queda rastro, sólo la deforestación que apreciamos al viajar por nuestro país. Los actuales gobernantes son más de lo mismo de los anteriores. En la actualidad seguimos sin conocer dónde están ubicadas el MILLÓN DE HECTÁREAS sembradas que mencionó en su discurso, que beneficiaron a 439,000 familias en MÉXICO, GUATEMALA, HONDURAS y EL SALVADOR según su propio discurso y menos de dónde salieron y dónde acabaron los mil 100 millones de árboles que dice que se sembraron. Y la tremenda equivocación matemática que cometió con sus brillantes asesores se evidencia, ya que al dividir 1,100 millones de árboles y 1 millón de hectáreas da como resultado 1,100 árboles por hectárea, es decir un árbol por cada 9 metros cuadrados, lo cual es físicamente imposible. Pero ésta es una falacia correspondiente al sexenio anterior a ella. Nuevamente démosle el beneficio de la duda y veamos si con ella sí funciona el programa SEMBRANDO VIDAS.

Mientras, nosotros seguimos en la POLÍTICA FICCIÓN y la retórica revolucionaria-populista. En CHINA, que es el 2º CONTAMINADOR más grande del planeta, se sigue dando continuidad al programa de reforestación más grande del mundo y que es un muro de árboles totalmente localizable y que mide 4,500 kilómetros de largo (1.5 veces nuestra frontera con EU), cuyo objetivo es detener el avance del DESIERTO DE GOBI, que ocupa el 27% de su superficie y afecta a 400 millones de personas (1.3 veces la población de México).

Ya se ven los primeros resultados después de varios años de funcionamiento de la reforestación, y el avance del desierto ya es una QUINTA parte más lento mientras que las TORMENTAS DE ARENA en Pekín se redujeron en un 70% entre los años 2008 al 2018. Además, la superficie viscosa aumentó en 158,000 hectáreas, con los beneficios colaterales correspondientes, como es la captación de agua y de CO2, que en una actitud triunfalista nos informan que absorben el 5% de sus emisiones como país desde 1978 al 2017. Ojalá sea cierto, ya que son datos no comprobados y parte de un discurso. Pero eso sucede en China y debemos de prestar atención a los resultados de las campañas en México. Como lo explicamos en otro artículo de este mismo mes, el enfoque en esta nueva administración (al menos de palabra) está cambiando a una actitud más realista, al afirmar que PRIMERO CUIDEMOS LOS BOSQUES QUE NOS QUEDAN y después iniciemos los procesos para REMEDIAR EL DAÑO QUE HEMOS HECHO a lo que fueron bosques y selvas en nuestro país. En un análisis muy sencillo y que consiste en que es MUCHAS veces más barato cuidar lo que tenemos que resembrar, con todos sus ASEGUNES.