¿Qué quiere celebrar AMLO el 1º de julio?

Mayo, el mes más violento en México con 2,903 asesinatos y un aumento del 37% en secuestros. Enero-mayo aumento de 4.26% Con respecto al mismo periodo del año anterior. (Sistema Nal. de Seguridad Pública)

¿Qué hay que celebrar? Tal vez AMLO desea regocijarse otra vez en el aplauso de los morenistas, pero somos millones, muchos millones de mexicanos que estamos preocupados, muy sinceramente preocupados por la marcha del país, que no somos enemigos del gobierno ni del presidente en turno, sino que solo queremos ver avances claros y perceptibles en el bienestar de los mexicanos, y ya no queremos tanto discurso y demagogia mañanera que casi siempre empiezan con la consabida frase de “VAMOS A . . .”, pero SIN beneficios a la vista para la gran, la inmensa mayoría de los mexicanos. Y debe de estar preocupado, porque en la última elección, si bien ganaron la gubernatura de Puebla y Baja California, perdieron la elección en muchas alcaldías y diputaciones en Tamaulipas, Durango y Aguascalientes. El número total de votos que alcanzó su partido, fue ligeramente inferior al de los votos panistas en estos tres estados.

Morena, es decir AMLO, está convocando a una manifestación el próximo lunes 1º de julio, para celebrar el primer aniversario de su triunfo electoral del 2018, en el Zócalo de la ciudad de México, un triunfo que pactó con Peña Nieto para que le facilitara llegar a la presidencia, al precio de una infamia: la de levantar calumnia contra su principal y más fuerte opositor, Ricardo Anaya, y que, en vergonzosa transacción, le aseguraría impunidad al corrupto EPN. Vergonzoso “arreglo”, porque resultó falsa la acusación, según lo reconoció la Fiscalía General de la Nación, en fecha posterior a la elección, cuando ya había hecho daño, no al candidato panista, sino al pueblo de México, que se le privó así, de tener una elección limpia, pareja, equitativa, que fuera el origen de un presidente honorable y eficaz para cumplir su responsabilidad. Oprobiosa decisión la de hacer ganar a AMLO, porque se comprueba que en realidad no quiere combatir la corrupción, porque esta debería empezar por fincarle responsabilidades administrativas y penales al presidente saliente.

El presidente quiere celebrar, pero muchos millones de mexicanos preguntamos 

¿Qué hay que celebrar?

¿Celebrar que sus dos principales promesas de campaña que fueron combatir la corrupción y la inseguridad, están completamente anuladas en los hechos, porque la violencia en lugar de reducir, aumenta y la corrupción sigue en pleno ascenso debido a la impunidad rampante que asfixia al país? ¿Y que no hay un solo funcionario del corrupto sexenio de Peña en la cárcel?

¿Que la economía ya empieza a mostrar preocupantes signos de deterioro, por la falta de inversiones y de confianza, que se origina en decisiones descabelladas como la cancelación del aeropuerto en la Cd. de México y la construcción de una refinería en Tabasco cuya ubicación en Dos Bocas ha sido seria y técnicamente cuestionada por diversos expertos del país y del extranjero?

¿Celebrar que, en 31 segundos, en una consulta a mano alzada cancela la ruta de Metrobús, que se había comprometido a apoyar en diciembre del 18 con 474 millones de pesos, para la ruta de Torreón a Gómez Palacio para incentivar el desarrollo de esa zona cuyo servicio de transporte actual está secuestrado por un grupo de transportistas que usan autobuses chatarra?

¿Sus políticas económicas, que bajo el manto de una supuesta austeridad niega y cancela recursos a millones que requieren buenos servicios de salud y de educación como son hospitales, escuelas y estancias infantiles, para dedicarlos a sus programas “sociales”, de fuerte tufo electorero?

¿Qué mientras escatima presupuesto para necesidades urgentes de salud, educación y empleo de los millones de pobres, dedica 3,000 millones de pesos para la promoción de su deporte favorito, el béisbol?

¿Qué cuando una valiente reportera y ciudadana en Quintana Roo le increpa porque no está atendiendo debidamente los problemas de violencia en ese estado, con números y estadísticas que muestran cómo van en ascenso todo tipo de delitos, contesta diciendo que él es honesto y no miente y que sus valores principales son no mentir, no robar y no traicionar al pueblo?

¿Qué haya cancelado la construcción de un moderno aeropuerto en Texcoco, que había sido amplia y profundamente estudiado en su factibilidad por muchos técnicos nacionales y extranjeros y que iba a satisfacer las necesidades del país por lo menos durante 50 años por venir? 

¿Su discurso confrontaciones, plagado de adjetivos, encono y resentimientos que no corresponde al de un verdadero gobernante, un gobernante que construya, que unifique, que concilie opiniones e intereses encontrados? Usa en su lugar, una retórica que, en vez de unificar y restañar heridas, divide y estigmatiza a todos aquellos ciudadanos que cuestionamos sus decisiones.

¿Celebra acaso haber enviado, para agradar a Trump, a más de 21,000 elementos de la llamada Guardia Nacional a cerrar el paso a los miles de migrantes centroamericanos y mexicanos, en lugar de utilizar esos elementos en la defensa y seguridad de los mexicanos, como lo había asegurado?

¿Celebra que cada día que pasa, nos está haciendo más difícil la vida a los mexicanos, porque en lugar de atender las mayores preocupaciones y carencias de la sociedad en su conjunto, como la inseguridad, la violencia, la corrupción y la impunidad, concentra su atención en proyectos de costo gigantesco que en ninguna forma están generando bienes públicos, como son su dichosa refinería de Dos Bocas en Tabasco, el Tren Maya y el Aeropuerto de Santa Lucía?

  ¿Qué con sus decisiones arbitrarias y torpes, como la cancelación del nuevo aeropuerto en Texcoco para reemplazarlo por el de Santa Lucía está ahuyentando la inversión nacional y la extranjera?

Hoy, con las decisiones precipitadas y absurdas que está tomando, solo se ven nubarrones en el horizonte de México. No, el 1º de julio creo que no hay nada que celebrar.

 lujambio06@hotmail.com