(1ª parte)
La meta 14 de Sustentabilidad y Desarrollo de las Naciones Unidas es “LA CONSERVACIÓN Y SUSTENTABILIDAD DEL USO DE LOS OCÉANOS, MARES Y MARISMAS”, y contempla planes hasta el año 2050. De ese tamaño es nuestro reto. Es conocida como SDG 14.
Los océanos generan directamente el 2.5 % del PIB mundial, es decir 1.5 trillones de dólares en el año 2010, y emplean al 1.5 % de la fuerza laboral mundial, y se espera se dupliquen estos parámetros para el año 2030.
Sin embargo, en la realidad uno de cada tres bancos de pesca en el mundo están sobreexplotados y muchas especies marinas están en las listas de extinción. Y ya se está empezando la explotación de zonas más profundas de los océanos, que son conocidas como ZONAS MESOPELÁGICAS, y que van desde los 200 hasta los 1,000 metros de profundidad.
Tenemos algunos ejemplos de recuperación en los océanos, como fue durante las dos guerras mundiales, cuando la presión de pesca hacia los océanos disminuyó y de inmediato aumentaron las reservas de peces en los océanos. La recuperación de los arrecifes en las Islas Marshall después de la detonación en 1958 de una bomba atómica de 76 megatones. La recuperación de la salud del MAR ADRIÁTICO y del MAR NEGRO, al disminuir el uso de pesticidas en Rusia y países aledaños, etc.
Para el marco jurídico internacional de dichos intentos de recuperación de los océanos y mares tenemos la entrada en vigor del CITES (Convenio Internacional contra el Tráfico de Especies amenazadas) en 1975 y de LA MORATORIA DE PESCA COMERCIAL DE BALLENAS en 1982, convenios a los cuales pertenece México con todas las fallas como el tratamiento de la VAQUITA MARINA, y con todas las infracciones por parte de JAPÓN que sigue practicando la caza de ballenas a pesar de formar parte de la Moratoria.
En cuanto a la contaminación de los mares por plásticos, es un problema sin solución actualmente y que provoca que entre todos vertamos a los mares entre 4.8 y 12.7 millones de toneladas de plástico. Esto equivale a que cada uno de los humanos tiremos directamente al mar entre 700 gramos y 1,500 gramos, que como hemos aprendido en esta columna aumenta en proporción directa a nuestra posición socio-económica: entre más ingresos más contaminamos personalmente o colectivamente como país.
Para la restauración de los mares se han aumentado las zonas protegidas marinas que en el año 2000 tenían una superficie de 3.2 millones de km2 y que actualmente suman 26.9 millones de km2 que equivale al 7.4 % de la superficie total de los océanos. Imaginemos a nivel mundial el esfuerzo para cuidar esas áreas contra la pesca comercial ilegal, de la cual son sus máximos exponentes JAPÓN, CHINA Y COREA, por sus altísimas poblaciones y su tradición cultural de comida de mar. En el caso de nuestro país, con las instituciones ambientales casi desmanteladas la vigilancia por parte del gobierno debe ser casi nula. Ya se escuchan las primeras reacciones de pescadores en el Mar de Cortés, en el que ellos mismos están cuidando la vedas y lo necesario para hacer sustentable la pesca. Lo que no haga el gobierno lo tenemos que hacer nosotros.
Los resultados de algunas de las medidas aquí mencionadas en regiones muy específicas empiezan a notarse como el hecho de que las ballenas jorobadas, de solo unos cientos que quedaban en el año de 1968 ha aumentado a una población de más de 40,000 en la actualidad. En el caso del elefante marino, del que sólo quedaban 20 individuos en el año 1880, el día de hoy hay más de 200,000 individuos. Lo anterior no es significativo al lado de la realidad de la pesca comercial, que parece que lo que intentamos es VACIAR LOS OCÉANOS. Nosotros como país somos un claro ejemplo de cómo no se manejan los océanos, y nuestro principal exponente es la oferta de TOTOABA en muchos restaurantes de México, y que muchos podríamos pedir por ignorancia, cuya pesca es la base de que actualmente no queden más de 30 vaquitas marinas en el ALTO GOLFO DE CORTÉS, y es responsabilidad totalmente nuestra como país y sociedad.
¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros en México? Procura consumir pescados y mariscos que provengan de criaderos artificiales, casi el 25 % de la pesca mundial es de criaderos. Usa menos plásticos en tu vida diaria. Informarnos de las vedas y respetarlas. Jamás pedir una totoaba. Apoyar organizaciones ambientalistas. No consumir nada de tortuga, etc.