Se necesita policía local confiable no GN

La violencia no cesa. Las muertes violentas superan por varias veces las del Coronavirus. Y no se hace nada. Las reuniones tempraneras diarias del gabinete de Seguridad con el presidente MALO, no han servido de nada. Implantar la permanencia de la Guardia Nacional hasta fines del sexenio, tiene un tufillo a podrido. Resulta un engaño màs a los mexicanos, porque en su campaña, hablaba de volver al ejército a los cuarteles y criticaba acerbamente a Calderón por haber decidido usar al ejército para tratar de detener la violencia. La experiencia de 14 años de que salieron los soldados a las calles a enfrentar el crimen, demuestra que la violencia y las muertes no se han detenido ni disminuido. Han continuado a peor. Seguir por ese camino, como quiere hacerlo el presidente, usando a la Guardia Nacional, como una dependencia real del secretario de la Defensa, va a dar los mismos malos resultados. De hecho, hemos visto escenas en que los criminales se burlan de los soldados, los desarman y los humillan feamente. Y otras màs en las que abusando de su fuerza también estos han cometido crímenes deleznables. Quienes criticaban virulentamente la medida de Calderón, hoy callan frente a la misma medida de AMLO. 

Bien mirado, el presidente también engaña al ejército porque no le permite actuar con energía y con fuerza frente a la delincuencia. “Hay que abrazarla”, dice. Soltar al Chapito, además de ilegal, fue otra humillación màs al ejército.

Creo, que la única forma de contener la violencia, es usando una estrategia màs focalizada, con responsabilidad y capacidad suficientes en la autoridad local, los alcaldes y los gobernadores estatales. Bajo el ojo cercano y permanente de los ciudadanos, que somos los màs interesados en que vuelva la tranquilidad a nuestras comunidades y se acabe o disminuya esencialmente la violencia. Los soldados, aun cuando cumplan la ley, vienen de otras latitudes, no conocen las localidades ni los medios más rápidos para actuar. No sienten una cercanía real con los ciudadanos, son extraños al medio ambiente local. Sus superiores, están muy lejos, en las ciudades, o en la gran capital. No se les entrena para policías.

Lo único eficaz realmente, aunque requiere màs trabajo, màs tiempo y màs esfuerzo, es la formación de cuerpos policiacos municipales y estatales, bien capacitados y equipados como se debe, con responsabilidades bien precisas en la Ley, con remuneraciones dignas y suficientes y con superiores jerárquicos que se encuentren y vivan en la comunidad. Claro que esto requiere también de transferir el presupuesto suficiente para que trabajen a favor de la ciudadanía local. Una Guardia Nacional, con estructura y mando federal NO VA A RESOLVER EL PROBLEMA DE LA SEGURIDAD. Solo va a engrandecer el poder militar del presidente, para usarla a su contentillo y conveniencia política.

La mejor forma, la única, mejor dicho, de que las sociedades humanas puedan alcanzar sus mejores y màs altas expectativas de vida, es la de la participación activa, responsable y permanente de las personas, hombres y mujeres, en los asuntos públicos y en el gobierno de sus comunidades y en la toma de decisiones de gobierno que les permitan vivir en un ambiente de Justicia, de Libertad y de condiciones de vida digna para todos. Tengo la certeza de que participando con sincero sentido de responsabilidad y de integridad personal en los órganos de gobierno, sin buscar el menor beneficio personal, salvo el de una remuneración justa, los ciudadanos podemos alcanzar mejores condiciones de vida para todos.

Para ello, està la organización política de nuestra nación que define a los tres niveles de gobierno con distintas y apropiadas facultades y obligaciones, el Ayuntamiento o Gobierno Municipal, el gobierno Estatal con sus tres ramas, Judicial, Legislativa y Ejecutiva; y el gobierno federal, también organizado en sus tres ramas.

Lo que ha dañado mucho a México, es decir a los mexicanos, es el centralismo económico, fiscal, político y administrativo, que concentra en manos del Poder Ejecutivo Federal una enorme cantidad de recursos fiscales, de potestades políticas y administrativas, que deja siempre a los estados y màs aun, a los municipios, en condiciones de precariedad económica y dependencia, que les impide el desarrollo de las regiones y comunidades, y también el desarrollo político de sus ciudadanos y sus ciudadanas.

Esa cultura centralista, tal vez herencia de los gobiernos pre coloniales y coloniales, en la que los hombres y mujeres tenemos que esperarlo todo de la buena voluntad del poderoso del centro, llámese tlatoani, virrey, emperador o presidente de la república, es lo que frena, el crecimiento y desarrollo pleno del país. El secuestro o mejor dicho, el despojo de los recursos fiscales que deja en manos del gobierno federal casi un 95% de los tributos que pagamos los mexicanos y con ello absorbe y acumula poder de decisión, impide el desarrollo de las capacidades de los gobiernos de la localidad para la solución de los grandes problemas de nuestra sociedad.

El centralismo que hemos padecido durante todo el siglo pasado y lo que va de èste, auspiciado y promovido por todos los partidos políticos, es lo que màs ha dañado e impide el pleno desarrollo de las regiones, de los estados y las localidades municipales. El centralismo impide la maduración política de las personas, nos convierte en súbditos o vasallos permanentes de el poder central. El actual gobierno del CUATROTE, no es la excepción. Al revés, está agrandando esa patología centralista que no entiende ni resolver a fondo la problemática de los 2400 y pico municipios del país, aun màs que los gobiernos anteriores, al querer acumular màs y màs poder, facultades y sobre todo recursos económicos, en las manos de un solo hombre, que no cesa de actuar para acumular màs y màs poder en sus manos, cooptando o asfixiando a múltiples instituciones que significaban un acotamiento al poder del presidente-empe rador.

    lujambio06@hotmail.com

Pregunta: ¿No es verdad que el presidente MALO, nos había asegurado desde hace muchos meses que el “huachicol”, ya se había eliminado o al menos reducido a mínima expresión? Pues veamos lo que dice la nota del periódico “Universal” de ayer en este mismo diario, que informa que “los huachicoleros operan con normalidad y mantienen cautivos ductos de PEMEX, al realizar 2,646 perforaciones ilegales, equivalentes a 1.2 tomas por hora en promedio, durante los primeros tres meses del año para sustraer gasolina, diesel y turbosina, entre otros”. Añade la nota que “el crimen organizado dedicado al robo de combustibles, tampoco está dando tregua en cuanto a perforaciones para sustraer, gas licuado, pues en el primer trimestre, ejecutó 474” . . . . ¿Pues de qué se trata? ¿Nos está queriendo tomar el pelo impunemente otra vez, el presidente?