Semáforos descompuestos

Por «desfases» o «huecos» —con 35 mil decesos oficiales y con casi 50 mil personas contagiadas activas— este viernes no se presentó el semáforo nacional de la covid-19 para la semana. «La información no es consistente», dijo el subsecretario Hugo López-Gatell.

Ya llevamos poco más de una cuarentena dentro de esta llamada Nueva Normalidad y las noticias que llegan de otras partes del mundo no son muy alentadoras. El SARS-Cov-2 sí se transmite por el aire y donde ha habido desconfinamientos se han presentado nuevos casos. Todo se está posponiendo para el año próximo, si bien nos va.

Lo del semáforo ya parece teléfono descompuesto. Primero se marcó un semáforo nacional y en algunos estados las autoridades se negaron al «centralismo», a «la imposición». Hay motivos para la desconfianza de unos y otros. San Luis Potosí seguirá en color naranja, con reapertura gradual y porcentual en casi todos los rubros. Por lo pronto ya superamos los 4 mil casos en el estado y van 265 defunciones.

Siendo sinceros, los semáforos en general no son muy respetados en México. O no les hacemos caso, o se descomponen o no están sincronizados. Como a los límites de velocidad, el uso de direccionales o a las señales de «no estacionarse». La luz amarilla o preventiva hace que más de dos pisen el acelerador y es costumbre nacional que cuando la luz roja aparece aún alcanzan a cruzar varios carros, así que peatones y ciclistas tenemos que esperar todavía unos segundos para el cruce de calles y avenidas.

Lo más civilizado, muestra de respeto a quienes nos topamos, en cuatro ruedas, en dos o a pie, sería dar el paso. Uno y uno, como en los cruces de ciertas calles. «Ceda el paso al peatón», dicen infinidad de letreros. ¿Una quimera?

¿Cuántos semáforos hay en San Luis Potosí?,¿cuántos funcionan?, ¿cómo se programan? Semáforos inteligentes creo sólo hay en la avenida Carranza, pero hay otros donde los peatones no tenemos nuestro turno, así que es común persignarse y lanzarse a torear los carros. No es barato poner un semáforo, y autoridades o vecinos optan por topes o reductores de velocidad en rutas donde hay accidentes, lo cual es insignificante para camionetas y motocicletas.  

A ver qué pasa con las ciclopistas, que en otras ciudades han creado como alternativa de movilidad saludable y con distanciamiento social. Esperemos que nadie motorizado en San Luis Potosí imite a ciertos tapatíos que literalmente se tiraron en la calle para evitar que pasaran los ciclistas. Las ciclovías ya existentes están muy bien, pero necesitan seguridad y otras vías alimentadoras.

Según la página México, ¿cómo vamos? (con datos de este año y del anterior) en San Luis Potosí cuatro de los ocho indicadores del semáforo económico están en rojo: crecimiento económico (-2.8%), productividad, pobreza laboral y desigualdad laboral. En amarillo (sin cambio, o casi) están deuda pública y ocupación del gobierno. A ver cómo llegamos a fin de año.

Otros semáforos a los que debemos poner atención es a los delictivos: en San Luis Potosí el foco rojo está prendido en cuanto a homicidio, narcomenudeo, violación y violencia familiar.

No es fácil hacer conciencia de respetar semáforos, de usar cubrebocas o respetar las reglas de distancia y movilidad, y seguirá habiendo quien «se brinque las trancas», como los que mensajean mientras manejan o no usan el cinturón de seguridad. 

Es famosa la analogía de que todos vamos en el mismo barco. Alguien corrigió: no es el mismo barco, son yates y trajineras, botes y balsas. Muchos van nadando. En todo caso, son como ríos y mares pavimentados o de tierra los que compartimos, deberíamos tener más conciencia. 

Nos falta un buen camino por recorrer, así que aunque no haya semáforos ajustemos el cinturón o el casco y no nos distraigamos.

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Correo: debajodelagua@gmail.com

Posdata: agradezco a Alejandro Ramírez (Pulso) y a Julián Mitre (Panóptico TV) por los espacios que me dieron para hablar de mi reciente libro de cuentos, Fuera de mí, eufemismos para ciertas locuras (El Diván Negro, 2020). A distancia, como todo en estos tiempos, pronto habrá presentaciones y talleres, espérenlos y apóyenlos, de favorcito.