Sigue el culebrón

Desde el lunes que se hicieron las llamadas para convocar a “las cinco finalistas” a la reunión vespertina del martes en sus oficinas de la colonia Roma Norte, en la Ciudad de México, el Comité Ejecutivo Nacional de Morena ya tenía decidido que su candidata a la gubernatura potosina sería la doctora Mónica Liliana Rangel Martínez, y consideraba que todo lo que restaba hacer era “planchar” a las demás aspirantes. No se concretó la intención porque en las primeras de cambio abandonó la mesa Francisca Reséndiz y de inmediato comenzó a hacer declaraciones a los medios, llamó a distintos actores partidistas y, en resumen, alborotó la gallera. Un mínimo de sensatez llevó a la dirigencia morenista a declarar “un receso” sin duración fija.

Mario Delgado y Citlalli Hernández, presidente y secretaria general, cayeron rápidamente en cuenta de que en ese contexto hacer pública la decisión y mandar a la doctora a San Luis a presentarse ante la enardecida militancia, equivalía a invocar a los demonios guachichiles que habitan en las huestes morenistas, exponiéndola a maltratos incluso físicos. 

La reacción y acciones de la lideresa burocrática no habrían sido suficientes para hacer que el CEN de Morena pospusiera la imposición de su dictum, pero se combinaron con ciertas actitudes de la propia doña Mónica que no ayudaron a su causa. Estamos en proceso de verificación de tales sucesos para poder publicarlos. 

Por el momento, lo cierto es que al arribar a las oficinas del Partido la tarde del martes, la ex secretaria de Salud llevaba la candidatura en la bolsa. Al salir dos horas después, ya no era así. No quiero decir que la haya perdido definitivamente, pero los resortes tricolores que la impulsan tendrán que hacer un esfuerzo extra para volvérsela a conseguir. Según una fuente confiable en el entorno del liderazgo nacional morenista, de cara a su nominación la doctora Rangel Martínez “se quedó bailando en la tablita”.

Un tanto súbitamente, la tarde/noche del martes, recién concluido el coloquio en las oficinas de la Roma Norte, la doctora decidió presentar su renuncia definitiva al cargo de Secretaria de Salud (a mediados de enero únicamente solicitó una licencia por 30 días), que de inmediato fue motivo de un boletín oficial. Sobre este punto en particular hay dos interpretaciones encontradas: una, que doña Mónica Liliana regresó convencida de que la candidatura seguía indefectiblemente siendo suya y que ya era hora de romper cualquier lazo con su antiguo cargo, sobre todo ahora que la pandemia está en sus peores momentos; la otra, que se percibió con claridad el tamaño del desastre ocurrido en la Ciudad de México y se calculó que la renuncia sería una forma de mostrar confianza y al mismo tiempo de ejercer presión tanto sobre los mandos morenistas nacionales.

Por otra parte,  estoy convencido de que si finalmente la candidatura de Morena a la gubernatura queda en manos de Rangel Martínez, la primera damnificada será la Coalición PAN-PRI-PRD-PCP. No hay manera de que sobreviva con un PRI y sus jerarcas jugando tan peculiarmente, por decir lo menos. El segundo damnificado sería el disciplinado bloque de los precandidatos priistas que tan -ahora se ve- cándidamente dejaron en manos del CEN priista la decisión respecto de cuál de ellos sería el abanderado. Llegado el caso, ¿qué van a hacer? Berrinche, qué otra cosa. 

Visto en dónde decidió apostar su resto la real jefatura priista potosina, que nadie se extrañe si el otrora invencible tricolor se queda hasta sin candidato. Lo mismo da. La opción escogida viste bata blanca. ¿Y Octavio? Puñaladón a mansalva. ¿Y el Pollo? Feliz, feliz, feliz.

Luego de semanas de buscar las razones que pudieran estar detrás del impulso a la doctora Mónica Liliana, un amigo de esos que hilan fino me dijo “seguramente nunca lo has oído, pero Andrés Manuel repite mucho que los maestros y los doctores generalmente son buenos candidatos. Alguien se lo escuchó en San Luis y operó sobre esa base”. Puedo no poner en duda semejante aserto, pero no creo que sea hasta cualquier extremo.

El receso decretado al caer la noche del martes en la Roma Norte no tiene fijada duración, y bien puede extenderse hasta el límite infranqueable del plazo legal para registrar candidaturas ante la autoridad electoral: del 16 al 22 de los corrientes.

CAMPO MINADO

Uno de los misterios de la política vernácula es dónde anda y qué anda haciendo Xavier Nava Palacios, virtualmente desaparecido desde el pasado 10 de enero cuando se llevó a cabo la elección interna. Tenemos respuestas parciales que no dejan de ser interesantes.

Con la debida sana distancia y uso obligado de cubrebocas, recién conversé con uno de sus operadores más cercanos, a quien como acostumbro hacer le pedí que si algo no podía decirme así me lo precisara y yo lo entendería, pero que por favor no me echara mentiras. En ese entendido obtuve lo que considero información confiable.

De entrada, la aclaración de que la ausencia y el silencio del alcalde con licencia no es producto de una estrategia sofisticada, una conducta petulante o cosa que se le parezca. Obedece a la decisión de dar la cara públicamente cuando tenga algo concreto y seguro que anunciar. Esto no ha ocurrido porque en estas tres semanas han surgido diversas opciones, algunas rápidamente descartadas, otras consideradas durante días y algunas finalistas en proceso.

Las diversas opciones que han emergido debieron pasar por un par de tamices: uno, que Nava Palacios no buscará ser candidato a gobernador ni por el PRD ni por ningún otro partido, y dos, que tiene la firme determinación de no hacer nada que dañe a la Coalición PAN-PRI-PRD-PCP. Esto último a partir de una convicción inalterable: no hacer absolutamente nada que beneficie electoralmente al proyecto de Ricardo Gallardo Cardona, respecto de quien el nieto del doctor y los suyos están convencidos de que es la mayor amenaza pública que haya enfrentado San Luis Potosí en muchos, muchos años. Certeza complementaria es que el eventual desmoronamiento de la coalición a quien más favorecería sería a Gallardo.

“Lo último en su vida política que aceptaría Xavier es hacer algo que beneficie a Gallardo y que después se lo echen en cara”, acotó nuestro interlocutor.

A partir de aquí la conversación fue como caminar sobre un campo minado. O no me respondían o me daban respuestas veraces que debo guardar in pectore algunos días más.

Del menú de opciones que todavía están vigentes puedo aseverar lo siguiente: XNP no será tampoco candidato a diputado federal, de mayoría relativa o de representación proporcional, ni por el PAN ni por ningún otro partido. La reelección con el apoyo panista está cancelada por el compromiso de entregar esa candidatura al PRI en el marco de la Coalición (cuando sostuvimos esta conversación todavía no ocurría la reunión de precandidatas morenistas la tarde del martes, de manera que se replantearía la posibilidad si se rompe esa alianza).

Quedarían vivas cada vez menos alternativas: ir tras la reelección con el apoyo únicamente de Movimiento Ciudadano; aceptar una candidatura a diputado local sea de mayoría relativa o plurinominal, para hacer trabajo político en el Congreso. 

Me quedé con la impresión de que Nava y sus cuates traen alguna otra carta bajo la manga. Lo pregunté directamente y, en el entendido de que nada de mentiras, lo único que recibí fue la petición de que aguantara “unos cuantos días más” y la afirmación categórica de que “Xavier estará en las boletas del 6 de junio”. No falta mucho para poder contrastar los dichos con los hechos.

COMPRIMIDOS

En relación con la carta que una profesional de la medicina nos hizo llegar la semana antepasada, y que publicamos el jueves anterior, dando cuenta de las deplorables circunstancias en que presta sus servicios de Hospital-Covid el General de Soledad, hemos recibido información adicional que confirma el desastre. A reserva de más adelante retomar el tema in extenso, doy cuenta de un dato: una de las razones por las que nueve de cada diez pacientes del virus que requieren ser intubados mueren en ese nosocomio, es porque su plantilla profesional es principalmente de médicos generales, cuando lo que más se requieren son especialistas en diversas ramas. Por ejemplo, internistas solamente se cuenta con dos, y uno de ellos cumple lo que se denomina “jornada acumulada” (fines de semana corridos). Esto, obvio, es también herencia de doña Mónica.

Independientemente de que Paloma Rachel Aguilar (a quien no tengo el gusto) siga o no en la contienda por la candidatura de Morena para gobernadora, lo cierto es que el energúmeno antropólogo Joaquín Muñoz Mendoza se exhibió en toda su miseria moral al insultarla.

No sé quién finalmente vaya a ser el candidato del PRI a la presidencia municipal de la capital, con Coalición o sin ella, pero debo de insistir en que si se postula a Luis Mabhub, su conflicto de intereses en tanto que socio del proyecto inmobiliario “Las Cañadas” va a ser monumental, de antología. No olvidemos que ninguna empresa de esas características tiene viabilidad sin el apoyo del Ayuntamiento. Ahorita se está en la fase de ver cómo encaja en los planes de ordenamiento territorial y desarrollo urbano, pero después viene lo pesado: permisos de fraccionamiento, aprobación de todo tipo de planos de urbanización (drenajes, vialidades, alumbrado, etc.), determinación de áreas de donación para espacios verdes y equipamiento urbano (escuelas, iglesias y demás); garantía de abastecimiento de agua, etcétera, etcétera.

“Las Cañadas”, en terrenos de la comunidad de San Juan de Guadalupe, es un proyecto de tal magnitud (involucra más 20 millones de metros cuadrados de superficie, la mitad de los cuales serían vendibles) que un descuentito de pocos puntos porcentuales en los cobros de impuestos, permisos y derechos puede significar decenas de millones de pesos.

La curiosa reunión prianista del viernes pasado en el restaurante Marengo tiene dos versiones: una, que todo fue absolutamente casual, incluyendo la presencia “en otra mesa” de Leonel Serrato, y dos: que lo fue para muchos pero no para todos los participantes, pues hubo un par de avispados que se pusieron de acuerdo para propiciar el encuentro y, sobre todo, la foto. Algo así como un divertimiento infantil sin densidad política.

Hasta el próximo jueves.