Solsticio

Hoy entra oficialmente el invierno, aunque no parezca. El clima no ha estado muy frío y parece que así seguirá. Nada de nieve en este que será el día más corto en cuanto a horas de sol y más largo en la noche. 

Ya faltan tres días para Nochebuena y Navidad, y una semana más para que se acabe el año. Ya se va este 2025 que tantas pérdidas y tanto qué decir nos ha dado. Ya es hora de tener a la mano un nuevo calendario.

Pensaba —espero que sin caer en la herejía, solo como un juego mental, de reflexión navideña— en si el nacimiento de Jesús hubiera podido enmarcarse en eso de los nepobabys de los que tanto se habla en estos tiempos. 

En otras religiones y mitologías los hijos de los dioses tenían poderes que los hacían metahumanos. No pretendían cambiar nada, sino gozar de sus privilegios, como se plantea en la versión más reciente de Superman.

En la religión cristiana Jesús, nacido la noche del 24 de diciembre, es hijo de Dios pero también es Dios, en lo que se conoce como “Misterio de la Santísima Trinidad”. No vino a una vida de lujos, a presumir que todo lo puede, sino a dar ideas, hacer unos cuantos milagros y a morir, se supone, por la salvación de la humanidad. Descendía, según el árbol genealógico publicado en la Biblia, del rey David, y por ello pudo haber exigido sus privilegios de sangre, pero no se atenía a ellos para pedir un lugar especial. Digamos que le talachó por su cuenta, como hijo adoptivo del carpintero.

Mamá cuervo se le llama o llamaba a la progenitora que veía, digamos, más bonitos o más talentosos a sus hijos de cómo eran realmente. Hoy, gracias a la amplificación de las redes, gozamos (¿?) a diario de estos cuervitos que nomás son disfrutados por su progenitora, su progenitor y algunos más. El “mundo del espectáculo” es la ventana más clara, donde los juniors amplifican su “arte” gracias a la herencia y los privilegios. En política, por supuesto, hay otro tanto. Y se supone que en el magisterio ya no se heredan las plazas, pero no faltan los hijos sin talento o sin vocación para el trabajo en las aulas.

Por supuesto que hay hijos talentosos, conozco muchos, y si bien es cierto gozan de privilegios (como una enorme biblioteca o el acceso a clases con los mejores) lo han sabido aprovechar con educación y capacitación constantes, con lecturas y ensayos, sin basarse solo en el apellido, la imagen y el dinero de “papi”, como diría el cómico Luis de Alba cuando encarnaba al Pirrurris. 

Y ya encarreradas la nostalgia y otras formas de negociación, entran en esta vereda de visibilización y ganancia económica sobrinos, nietos, esposas, amantes y demás familia expandida. Nepotismo, el mal uso de estos privilegios, por cierto, viene de la raíz latina nepos, nepotis, o sea sobrino. Era la costumbre de ciertas autoridades eclesiásticas nombrar a sus sobrinos (por aquello del voto de castidad) en cargos importantes. Algunos papas hicieron cardenales a sus “sobrinos”, precisamente por su consanguinidad, no porque fueran los mejores. Y de ahí pal real.

Tiempos mesiánicos los de hoy, por aquí y por allá se cambian personas, costumbres y leyes. ¿En aquellos tiempos del nacimiento de Jesús, cómo hubieran sido las noticias falsas y las imágenes de IA difundidas por Herodes? ¿Habría algún pastor influencer o un diablillo candidato? ¿Los reyes confiarían en Google Maps?

Persiste algo de esperanza, lo cual no es fácil. Son buenos tiempos estos invernales, aunque sean calientes, para fraguar planes y abrazar a quienes podamos. Un día a la vez, como dicen en la doble A.

A veces me gana lo Grinch, casi lo Scrooge, pero hay veces que siento la fe que comparte tanta gente, que hace sonreír a tantos, y me imagino un nacimiento gozoso en su pobreza. 

Va este poema de de Rafael María Baralt (1810-1860): 

No niego la costumbre: menos niego / su fin estomacal, su origen santo, / ni el alto rito que con dulce encanto / nos convida de Pascua el grato juego. // Entre pavo y jamón; al vivo fuego / que enciende el vino, repitiendo el canto / del vate alegre, y de una hermosa en tanto / cumpliendo el gusto, adivinando el ruego. // Mas sin que pueda el que con fiebre yace, / dado al demonio, en maldecida cama / oler siquiera la exquisita cena. // Al Parnaso con ella. Cristo nace: / adoradle y comed. La mesa os llama: / sois cristiano de pro, y es Nochebuena.

En fin, feliz Navidad y esperemos leernos una vez más antes de que acabe este año tan movido, presagio apenas de lo que viene en lo social y en lo político. Que en lo personal no falten salud y esperanza.

https://alexandroroque.blogspot.com

Correo: debajodelagua@gmail.com

Posdata: A partir de mañana circulará el PDF de nuestro quinto libro navideño, producto de los talleres de creación literaria que comparto en diferentes instituciones. Este año, a menos que lleguen otros hoy despuecito del solsticio, hay textos de Esmeralda Villanueva, Alexander Delgado, Alejandro Preciado, Eva Ortega, Tutis Alebrije Infinito y un servidor. Pueden pedirlo por correo o por whatsapp a cada autor y autora.