Tapar los precios

“La inflación es como el pecado: todos los gobiernos lo denuncian, pero todos los gobiernos 

lo practican”.

Frederick Leith-Ross

No están combatiendo la inflación; solo la quieren contener, ocultar. En lugar de resolver las causas, se preocupan por las consecuencias. Es como si para evitar el hervor del agua en una olla pusieran una tapa sin apagar el fuego. 

Del lado positivo, no han anunciado un programa de control de precios. Tanto el secretario de hacienda, Rogelio Ramírez de la O, como el presidente López Obrador lo subrayaron ayer: “No se trata de control de precios, sino de un acuerdo con productores, distribuidores y tiendas de autoservicio para que los productos tengan un precio justo”. 

El elemento central del Paquete contra la Inflación y la Carestía, el llamado PACIC, es la contención del precio de la gasolina a través primero de la disminución del impuesto especial y después de un subsidio. “Sin esta medida -dijo ayer Ramírez de la O-la inflación habría sido de 10 por ciento en lugar de 7 por ciento”. Quizá, pero hay que preguntarse si el subsidio a la gasolina, que beneficia más a los conductores de automóviles privados, es el mejor uso posible del dinero público. Yo pienso que no. 

El PACIC incluye ofertas especiales de algunos productos. La empresa Bimbo, por ejemplo, se comprometió a mantener estable el precio del pan blanco grande sin importar los aumentos en los costos. Esta decisión, sin embargo, podría ser considerada como una práctica monopólica ilegal en países con una verdadera economía de mercado, ya que perjudica a los pequeños productores. Bimbo puede compensar lo que deje de ingresar gracias a su muy amplia cartera de productos, pero no es el caso de sus competidores más chicos. 

Algunas medidas buscan aumentar la oferta, cosa que aplaudo, pero no pasan de ser meras declaraciones políticas. El gobierno, por ejemplo, ofrece sumar los programas Sembrando Vida, Producción para el Bienestar y Fertilizantes para el Bienestar para incrementar la producción de granos. De poco o nada sirve esto, sin embargo, cuando el mismo gobierno está prohibiendo la producción de maíz transgénico y el uso del glifosato, el herbicida más popular en el mundo, y cuando impide la importación de otros agroquímicos indispensables para tener una agricultura competitiva. El paquete propone, asimismo, suspender las cuotas compensatorias al sulfato de amonio, un fertilizante, que se importa de Estados Unidos y China, pero solo durante un año. Nuestros políticos no han entendido que prohibir los avances tecnológicos o gravar los insumos aumenta los precios y reduce la competitividad. 

Otras medidas son positivas, pero por eso mismo deberían aplicarse de manera permanente y generalizada. Los productos de la canasta básica, por ejemplo, están siendo exentados de la “carta porte”, este nuevo requisito burocrático que se ha convertido en una pesadilla en el transporte de mercancías, pero solo hasta el 1ro de octubre. Lo ideal sería eliminar la carta en todos los productos y para siempre. 

El PACIC baja a cero el arancel de 21 de 24 productos de la canasta básica y de cinco insumos estratégicos, pero solo por seis meses. Si realmente quisiera apoyar a los consumidores y frenar la inflación, debería eliminarlos para siempre en todos los básicos y los insumos. 

Son muchas las medidas de este paquete, pero muy pocas realmente ayudarán a aumentar la productividad y a bajar la inflación. Su propósito es ocultar las consecuencias de las malas políticas que por décadas han elevado de manera artificial los precios en nuestro país. Son el equivalente de tratar de frenar un hervor poniendo una tapa en la olla sin apagar el fuego. 

De garantía

Una de las medidas más estúpidas del PACIC es la de mantener los precios de garantía para productos del campo. ¿Piensan realmente que fijar un precio mínimo combatirá la inflación? ¿Dónde estudiaron economía?

Twitter: @SergioSarmiento