Tiempos de espionaje político

“Cualquiera que tenga forma puede ser 

definido, y cualquiera que pueda ser

 definido puede ser vencido”. Sun Tzu.

La última vez que platique con alguien metido en inteligencia en seguridad, me quedé sorprendido de lo enquistado que está el concepto en el gobierno federal, de éste y los anteriores, como un sinónimo de “control ciudadano”. Luego me cuestionó a bocajarro – ¿Tú eres de la comunidad de inteligencia?-. -No friegues, que comunidad ni que ocho cuartos.- Le dije. -Mira, tengo a casi todos los candidatos con expedientes, los tenemos bien agarrados, por si se llega a ofrecer.-  Me dice.

Entre comunidad de inteligencia y servicios de inteligencia los gobiernos han desechado años de conquistar inteligencia real y de calidad en lugar de chismes y rumorología. Sin poder tener hasta ahora una consolidación más o menos democrática de los sistemas de inteligencia, las estructura de inteligencia en los tres niveles de gobierno con excepción de las fuerzas armadas, han entrado en el juego de tarjetas informativas tipo “Tv Notas”. 

Los poco niveles de profesionalización de los agentes, sin marco de actuación regulado que blinde los derechos y garantías de los ciudadanos, sumado al acceso de tecnología barata de espionaje de audio, video y fotografía en telefonía celular, ha propiciado toda una industria de sujetos patibularios con “expedientes” de fulano, mengano, zutano y merengano.  

El Centro Nacional de Inteligencia CNI ahora, antes la famosísima DFS, después ya solo el famoso CISEN, tiene un presupuesto para este año de  2 mil 603 millones de pesos, al dejar de pertenecer a la SEGOB y pasar a formar parte de la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, uno pensaría que una de sus principales atribuciones de inteligencia, sería combatir al crimen.

Más allá de espiar deficientemente, los servicios de inteligencia mexicanos se han desviado y pierden enfoque de su objetivo principal: Evitar sorpresas estratégicas y en buena medida las tácticas, cómo evolucionan los acontecimientos y sus actores. Proporcionar un asesoramiento experto continuo, que permita dar seguimiento puntual por analistas y gestores profesionales independientemente de los cambios de administración. Asesorar en los procesos políticos, sobre todo en aquellos a nivel local donde existe una coordinada estrategia de posicionamiento de territorios municipales por el crimen organizado. Y por último, mantener secrecía de la inteligencia que se produzca, como producto de contrainteligencia en un futuro próximo. 

Sin controles democráticos los servicios de inteligencia y toda su comunidad, su grado de actuación será directamente proporcional al grado de disfuncionalidad político-institucional (ingobernabilidad parcial) del Estado. Donde los derechos de privacidad de los ciudadanos se ven afectados por el incumplimiento y respaldo institucional con la falacia “que es por la seguridad”.  

TAPANCO: Tarjeta ficción de algún político en algún lugar.

Seguimiento y cierre. Latitud: 22°08’59” N Longitud: 100°58’44” O. El sujeto A: Es asiduo a contratar prostitutas de alta gama. Es adicto a la cocaína y tiene dependencia al alcohol. Mantiene relaciones estrechas con lugareños del Estado vecino dedicadas abiertamente al narcotráfico. Tiene negocios fachada para lavado de dinero. El sujeto B: Es receptor (anfitrión) de jefes de plaza, así como de su instalación y alojamiento. Tiene negocios de restaurantes, lotes de autos y antros, así como de casas de cambio a nombre de terceros. Últimamente ha invertido en fraccionamientos residenciales. Lo anterior para su conocimiento. DOS.

Francisco.soni@uaslp.mx

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