TODO POR NO ESTUDIAR

A lo largo de mi desempeño profesional he tratado y observado a 14 gobernadores y nunca, de ninguno de ellos o de cualquier otro actor relevante de la vida pública potosina, había presenciado una exhibición de tanta pobreza moral como la protagonizada por Ricardo Gallardo Cardona el jueves pasado, cuando menospreció la vida perdida de un modesto trabajador porque “ni de San Luis era”. Tampoco había sido nunca testigo de una paliza mediática tan inmisericorde como la que medios locales, nacionales y algunos internacionales le propinaron al propio gobernador, por sus fallas neuronales que lo hacen hablar más rápido de lo que piensa.

La tunda en medios derivó más de sus extrañas y confusas afirmaciones en el sentido de que le gusta la sangre y ver arder al mundo, ligadas con su enojo e insultos contra aquellos comunicadores que no le siguen el juego en sus prioridades informativas o propagandísticas. Sin embargo, tengo para mí que lo que en realidad desnuda lo sombrío de su alma, es su referencia despectiva, pútrida, del obrero fallecido en su obra favorita, la Arena Potosí.

Como diría el poeta, “esto es agua que viene de alberca”: Días antes de su Jueves Negro, Gallardo gritó a todo pulmón que el ayuntamiento capitalino y el Interapas habían incurrido en irregularidades administrativas al conseguir un financiamiento bancario. Quiero pensar que supuso que con eso aniquilaría a su archisuperenemigo favorito, Enrique Galindo, y advirtió amenazante que la Secretaría de Finanzas investigaría los hechos. 

De entrada, no pocos potosinos cayeron en cuenta del dislate: la Secretaría de Finanzas estatal no está facultada para investigar o cuestionar las finanzas municipales. Para eso existe la Auditoría Superior del Estado. Ya con el pato cojeando, apenas unas horas después el Ayuntamiento explicó con despliegue mediático que el financiamiento de 75 millones de pesos había servido para conseguir otros 75 millones de parte de la Comisión Nacional del Agua, pero que como eso había ocurrido el año pasado, ya estaba saldado. 

Pero Gallardo no sabe perder, ni sus colaboradores hacerle notar los riesgos de sus lances, y decide una nueva embestida, donde acusa de pagos a piperos que se regresan a no queda claro quién, y de cobros excesivos de los mismos repartidores de agua a los ciudadanos. Ni un dato concreto, ninguna cifra, ningún nombre de colonia o de empresa, ninguna fecha. Gran alharaca para ver si los medios mordían el anzuelo y linchaban al ayuntamiento, al Interapas, a Galindo, a la señora de las gorditas y al voceador de la esquina. 

Pero se atravesó el trágico accidente en las obras de la Arena, y Gallardo se salió de quicio cuando esa noticia destacó más que el golpeteo contra la autoridad municipal. Todavía después del malhadado discurso de la sangre, el mundo ardiendo y demás tonterías, hizo declaraciones a los medios en los que insistió en cobros indebidos con el reparto en pipas, y acabó diciendo algo extrañísimo: “todo esto ya es una prostitución de venta de agua”. Literal. ¿Qué querrá decir eso?

   Ya para el viernes el problema no era local. Las críticas despiadadas a Gallardo llegaron incluso al canal para Latinoamérica de la televisión rusa (RT). En esos niveles no registraron el tema del agua. Todo se centró en sus “amenazas a los periodistas disidentes” y en su “confesión” de que es sanguinario y pirómano. Si todos los medios que se ocuparon del tema conocieran bien a RGC, se habrían dado cuenta de que fue uno más de sus frecuentes desbarres; de que una vez más su mente confusa, su pésima retórica y su inexistente sintaxis lo llevaron a decir barbaridades. Pero como no lo conocen, la golpiza fue de Record Guinness.

Lo que siguió en lo que se refiere a la escasez del líquido, ya fue caricaturesco, ridículo. El viernes, Gallardo Cardona anunció a gritos que el lunes siguiente se reuniría con el “Comité” Hídrico del Estado, especialistas de la UASLP y del Colegio de San Luis, “a fin de encontrar soluciones al abastecimiento del agua para los próximos 50 años”. Llegó el lunes, y tímidamente por la mañana el “Consejo” Hídrico mandó una cartita diciendo que ellos con todo gusto le entraban pero que nadie los había invitado. En la Universidad y el Colsan simplemente hicieron mutis. Saldo: La administración estatal que iba a encontrar soluciones hidráulicas para 50 años no fue capaz de organizar una reunión para comenzar a trabajar. Se supone que ayer habría algo sobre el tema, pero ya lo comentaré la próxima semana. Y estaba vigente la “no invitación” al Ayuntamiento de la Capital. 

CONSECUENCIAS, ESTRAGOS

Sin duda que el gobernador Gallardo sabe reaccionar rápido ante los contratiempos, pero lo hace de una manera no necesariamente eficaz. Cuando la golpiza mediática estaba en todo su apogeo, anunció que su administración adquiriría 10 mil cisternas o tanques para almacenamiento de agua, que distribuiría a título gratuito entre las familias que las necesitaran. Horas después se dijo que serían 30 mil, y rápido llegaron unas cuantas para ser fotografiadas. En simultáneo, el antiguo Uñas Largas ahora Guapo Hechizo anunció que “para contribuir al mantenimiento de la gobernabilidad” la dependencia a su cargo había recibido una ampliación presupuestal de 35 millones, para adquirir materiales de construcción que serían repartidos también entre familias de escasos recursos. Eso es algo que, en todo caso, corresponde a la Sedesore. El lunes, ante la fallida reunión para las soluciones a 50 años, en su lugar se anunció el regreso del basquetbol profesional.

Lo que se ve en todo esto es el perfeccionamiento de una estrategia de gobierno, de un brillante manojo de políticas públicas. A falta de denominación oficial, me atrevería a proponer que lleve por nombre “Sobornos Populares”. Véalo usted: Si las críticas mediáticas me están apaleando, a repartir donativos y ofrecer más espectáculos. Si en cualquier momento futuro me cae encima otro linchamiento similar, a regalar pantallas de tv y colchones, y, ¿por qué no?, anunciar un partido Real Madrid-Barcelona gratuito. Así ni quién se acuerde de que me convertí en vampiro y émulo de Nerón.

Gallardo Cardona ha comenzado a pagar un alto precio por su verborrea infinita, por su afán enfermizo de protagonismo, por su nunca reconocida falta de preparación para el cargo; por su sordera a cualquier sugerencia incluso de sus más cercanos, por sus pulsiones de cacique chicharronero, pero sobre todo por una falla profunda de percepción: cree que todos sus congéneres son más tontos que él y que con dádivas, mentiras, anuncios espectaculares o, en resumen, pan y circo, todo estará bien. Se equivoca.

Por lo pronto, en lo más inmediato, dada la imagen amenazante, sanguinaria e incendiaria que él solito se encargó de proyectar -por más que hubiera querido decir otra cosa- se ha convertido en un indeseable compañero de viaje para protagonistas de la política nacional. ¿De qué otra manera se puede interpretar que Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, cuyas avanzadas estaban preparando sus visitas para esta semana, frenaron todo y dejaron sin fecha su aproximación a San Luis Potosí? Entienden que una simple foto de cortesía con el sanguinario y pirómano confeso sería muy costosa para ellos. De que van a venir van a venir, pero dejarán pasar tiempo para que baje la temperatura.

En la situación y tesitura en que se puso a sí mismo el mandatario potosino -por lenguaraz, más que por otra cosa- asumo que todos los días se levantará rezándole a la divinidad de sus preferencias para que no le vaya a pasar nada a ninguno de sus comunicólogos desafectos, porque seguramente al primero que voltearía a ver todo mundo sería a él. Quién se lo manda.

Al final del día, para RGC esta clase de adversidades tienen un origen muy claro: no logra comprender que su muy amplio poder como gobernador tiene límites. Que no puede ser simultáneamente titular del Ejecutivo estatal, alcalde de Soledad, presidente del Supremo Tribunal de Justicia y presidente del Congreso del Estado. Con eso debería bastarle, pero sus problemas -que van a ir empeorando si no se corrige- comienzan cuando también quiere ser alcalde de la capital, arzobispo, rector, presidente del Club Rotario, directivo mayor de La Lonja, entrenador del Atlético de San Luis, rey de los charros, piloto del avión oficial y el mejor chef del pueblo. No le alcanza.

No sé a qué se deba, pero hace días que Galindo sale muy sonrientito en todas las fotografías. ¿Se contará chistes él solo?

COMPRIMIDOS

Me informan que por instrucciones superiores, a los jefes policíacos municipales les quedó prohibido andar inventando burradas como esa de los retenes antialcohólicos sin alcoholímetros. Al parecer su desquite será tremendo: van a montar carritos de hotdogs sin salchichas. Los carritos estarán en avenida Chapultepec y las salchichas en la Comandancia de Abastos.

La charrería sin caballos no existe, vienen a ser una y la misma cosa. Por tanto, los charros deben saber mucho de caballos. Soledad es actualmente cuna de los mejores equipos charros de México, propiedad de la familia Gallardo. Así, uno supondría que al decidir su Ayuntamiento mandar hacer e instalar a la entrada del pueblo una estatua ecuestre del prócer Graciano Sánchez, contaría con asesoría calificada para sí y para el escultor. Las estatuas ecuestres tienen una iconografía muy precisa desde hace siglos: si el caballo tiene levantadas las dos patas delanteras, es que su jinete murió en combate. La obra develada el pasado fin de semana tiene sus patas delanteras al aire, pero su jinete, don Graciano, murió tranquilamente en su casa 40 años después de concluida la Revolución.

Es pronto para saber, primero, si Xóchitl Gálvez será la candidata de la oposición a la presidencia de la República, y luego, si podrá ganar las elecciones. Pese a la incertidumbre, no deja de ser interesante considerar que si la hidalguense llegara a ganar los comicios, en su triunfo habría algo de justicia inmanente: recibiría la banda de López Obrador, que fue quien la hizo crecer políticamente por menospreciarla y negarle el acceso a Palacio.

El problema del agua con sus dimes y diretes, berrinches, dislates, vampirismos y neronismos, le quitó los reflectores a un asunto muy interesante del que hablaremos con mayor amplitud otro día: la iniciativa en el Congreso para que las instituciones estatales de educación superior reciban un porcentaje fijo del presupuesto de egresos. Ahora que lo conozca en detalle Gallardo va a montar en cólera: eso le significaría a la UASLP una autonomía financiera que lleva cien años buscando. Nómbrenlo rector honorario y se acaba la bronca.

Hasta el próximo jueves.