El contexto político que está viviendo México nos está confrontado y polarizando entre familiares, amigos y comunidades. Es necesario que hagamos un alto y reflexionar. En la vida de los seres humanos el actor gubernamental no es el protagonista. Este está alejado de nuestra vida cotidiana, aunque es necesario porque sus decisiones y acciones afectan a grandes grupos sociales; pero no puede ser el pretexto para reproducir, en el discurso, la profunda desigualdad y discriminación que tanto daño nos ha hecho. 

En nuestro comportamiento predomina la primera persona: yo trabajo, yo estudio, yo opino, yo te amo, yo te odio. Vivimos como si el perfecto fuera el Yo y el imperfecto Tú. Como si el yo siempre tuviera la razón y el equivocado fuera el Tú. Siempre ha dominado el egoísmo del Yo, sin tomar en cuenta el Tú. Para los tiempos turbulentos que vivimos el Yo ya no existe, ahora es el Tú. Los conflictos surgen por la intransigencia del Yo. Vivamos momentos donde el Yo ya no exista y ahora sea el Tú el que importa. 

Tú que piensas que los pobres lo son por flojos.

Tú que crees que quienes reciben una ayuda social son vividores.

Tú que supones que las mujeres son un objeto.

Tú que discriminas a las y los jóvenes por su manera de vestir.

Tú que rechazas al otro porque tiene una religión diferente a la tuya.

Tú que odias a quien no comparte tus preferencias políticas. 

Tú para detener las agresiones en redes sociales.

Tú para no bloquear a quien opina de manera contraria a la tuya.

Tú para que no se borren mensajes solo porque van en contra de tus opiniones.

Tú para detener la misoginia y la homofobia.

Tú para que no ofendas al otro con memes. 

Tú para detener la ofensa con base en los defectos del otro. 

Tú para parar el odio.

Tú para detener la discriminación.

Tu para ya no expresar descalificativos que denigran al otro.

Tú para tolerar al que opina diferente a ti.

Tú para escuchar a quien tiene diferentes argumentos a los tuyos.

Tú para detener la intolerancia del otro.

En resumen: Que predomine el Tú, porque entre la T y la Ú, hay una persona humana, noble, inteligente, solidaria; que para cumplir sus sueños necesita de los otros; una persona que tiene ilusiones, fantasías, y en donde siempre está el otro; que en su contexto tiene la razón de sus decisiones y acciones. Pero también está el otro, quien igualmente es un ser humano, que tiene sus propias percepciones, necesidades, emociones, motivaciones, valores y creencias.¡Muera el Yo! ¡Viva el Tú! Próxima colaboración: 09 de agosto de 2023.  

@jszslp