Turismo de aventura

Resulta complicado entender esa extraña y muy recurrente afición masoquista que practican algunos políticos potosinos que, en el ánimo de gozar de la gracia del gobernador, soportan todo tipo de maltratos y humillaciones. Han transcurrido casi tres años de gobierno, los modos y formas con los que Ricardo Gallardo se conduce con sus subalternos han sido vistas de sobra y son del dominio público, por lo que cualquiera de los exfuncionarios sometidos al escarnio público lo menos que podrían argumentar es desconocimiento, con todo y que ilusamente podrían albergar la esperanza de trato distinto. Sin embargo, para estar prevenidos basta verse en el espejo de los antecesores y suponer lo que llegado el momento les puede esperar. 

Para un político de carrera o funcionario público de trayectoria no debe ser muy agradable acabar como bufoncillo medieval suplicando por su cabeza ante el señor feudal; de ahí que sea un tanto inexplicable el que Yolanda Cepeda una diputada priista con más de dos décadas de militancia en ese partido político (al que renunció en diciembre del año pasado y en el que ocupó diversos incluido el de secretaria general), se incorpore como secretaria de Turismo al gabinete verde. 

Nada nuevo, esto se veía venir; recordemos que después de darse a conocer su renuncia al Revolucionario Institucional vino su incorporación al partido Verde, argumentando estar enamorada del proyecto gallardista. Ella, al igual que muchos otros y sin distingo de partido, seguro no conocen proyecto alguno, pero mientras eso les asegure la subsistencia alimenticia lo mismo les dará un enamoramiento que el adulterio pleno. 

Absurdo renunciar entre otras cosas por la soberbia que divide al partido (no dijo si a nivel estatal o nacional) para quedar atrapada en una secta donde la megalomanía es práctica permanente de quien lo dirige de manera omnipresente. Más absurdo, todavía, pretender destacar en una secretaría en cuyo tema no es experta, pero sobre todo en la que ha sido antecedida por funcionarios que fueron cesados en medio de los voluntariosos arranques del gobernador. 

Nada hay que permita pensar que el trato va a ser distinto, menos considerando que ya fue antecedida por una mujer con conocimiento y probada y sobrada experiencia en el ramo turístico; además, desde luego, de su inmediato antecesor que además de engañabobos es un auténtico encantador de serpientes, artes que en esta ocasión no le fueron de utilidad para frenar los arrebatos de su exjefe.

Por cierto, al día de hoy no se sabe en realidad cuáles han sido los motivos reales para esos ceses, mucho menos cuáles son las expectativas fijadas a la dependencia. De hecho, si observamos el último semáforo de rendimiento gubernamental (o de dependencias estatales) publicado el día de ayer por las cuentas en redes sociales de gobierno del estado, se observará que la tan mencionada secretaría se encuentra marcada en amarillo, es decir en un rendimiento o desempeño medio y con una calificación de 8.4. Es decir, si dentro de esos parámetros consideramos que se encuentra apenas a una décima de la secretaría de Finanzas y tres de la de Seguridad Pública que aparecen en verde (con desempeño alto), caeremos en cuenta que con todo y el tiempo que la secretaría de Turismo lleva acéfala, la gestión del arquitecto Juan Carlos Machinena no fue tan mala como dicen en palacio.                 

¿Qué le hace pensar entonces a la nueva secretaria de Turismo que ella está capacitada, primero,  para dirigir esa secretaría (considerando que pese a la experiencia la primera titular concluyó mal); segundo, para rescatar lo que –siguiendo lo dicho en palacio– en tres años no se ha hecho y, tercero, para no ser maltratada como se hizo (y seguirá haciendo) con los titulares de esa y otras dependencias? 

Enamorarse de un proyecto, ser huasteca o disfrazarse de árbol de navidad para tomar protesta del cargo, en nada garantizan el buen desempeño al frente de una secretaría de Turismo (recordemos que también coqueteó con la de Desarrollo Social) como no sea la aventura, sin embargo al menos si le aseguran la quincena mientras dure en el cargo. Otra inexperta en el gabinete es lo de menos.