Una mirada al ascenso y transformación de los grupos jihadistas en Siria

Para entender mejor lo que sucede hoy en Siria, necesitamos echar una mirada al pasado. Se puede rastrear el origen del “Estado Islámico” al año 2000, cuando el jordano Abu Musab al-Zarqawi estableció un campamento de combatientes de procedencia árabe en Herat, Afganistán. Años después, ya en Irak, aquel grupo fundado por Zarqawi sería el componente dominante de la filial iraquí de Al Qaeda (AQI), una organización paraguas islámica sunita. En 2006, empezamos a leer acerca del llamado Estado Islámico de Irak o ISI, por sus siglas en inglés, en referencia a dicha agrupación fundada por Zarqawi. AQI libró una cruenta lucha en contra de la ocupación estadounidense en Irak (además de que perpetró un gran número de atentados terroristas, principalmente en contra de musulmanes chiitas) hasta el 2011, cuando esta organización había sido casi completamente abatida (Michael, 2016).

Zarqawi murió en un ataque estadounidense en 2006. Luego, muchos veteranos de AQI también perdieron la vida por la guerra con Washington, y sobre 2010, esos veteranos tuvieron que ser sustituidos por una nueva generación de líderes. Al actual líder de Hayat Tahrir al Sham (HTS), Al Golani o Al Jolani, (quien hoy dirige Siria) formaba parte de AQI y concretamente de ISI.

Muy mermada por su lucha contra Washington, a partir del 2012, AQI encuentra una oportunidad para recuperar fuerza en la guerra civil de Siria. Así, empezamos a escuchar de una filial de Al Qaeda en Siria, el Frente Al Nusra, la cual—dependiendo la versión que se leyera de ella—había sido formada, fundada y enviada a Siria por el líder de AQI (Al Bagdadi), aunque Golani siempre dijo que fue él quien la fundó.

La ruptura llega entre 2013 y 2014. Una vez que AQI penetra de lleno en la guerra civil siria, el líder de esa organización, Bagdadi, decreta su fusión con el Frente Al Nusra. El jefe de Nusra, Golani, desconoce la fusión. Al Zawahiri, el dirigente de la red de Al Qaeda, desde la matriz en Pakistán, declara la fusión como ilegal y ordena a AQI regresar a Irak. Bagdadi, decide desconocer la autoridad de Zawahiri, y éste le expulsa de Al Qaeda. Poco después, Bagdadi se autoproclama Califa del “Estado” que él mismo funda. Ya desde 2014 empezamos a observar que ISIS mostraba una proyección mucho más global que el Frente Al Nusra, más concentrado en Siria. Ambas agrupaciones combatieron entre ellas.

Pero la enemistad de ISIS con todos los actores locales e internacionales de la guerra le enfrentó paralelamente con dos coaliciones mayores—una liderada por EU y la segunda, liderada por Irán y Rusia—que terminaron por mermar a ISIS y arrebatarle el territorio que había conquistado. En cambio, el Frente Nusra se fue paulatinamente acercando más a otras agrupaciones islámicas locales.

Ya para 2016, Golani también abandona la red de Al Qaeda para concentrarse en la lucha local. La organización deja de llamarse el Frente Al Nusra y, eventualmente adopta su nombre actual: Hayat Tahrir al Sham [HTS], agrupando a una coalición de grupos islámicos rebeldes locales. Al ya no formar parte de Al Qaeda, EU podía justificar el dejar de atacarle. Esto facilitó las negociaciones de Golani con el gobierno de Obama, pues para Washington, la prioridad era combatir a ISIS. No obstante, Rusia, que había penetrado a la guerra siria de lleno en 2015, junto con el ejército de Assad, Irán y las milicias proiraníes, siguieron combatiendo ferozmente contra HTS y terminaron por reducir a esa y a las otras milicias. Aún así, nunca le derrotaron del todo. HTS se concentró en la provincia de Idlib y siguió operando bajo un cese al fuego que ya comentamos.

Más adelante hablaremos de lo que se espera de esa agrupación.

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