Violetas y amarillos

El viento trae el perfume del verano y la primavera. La ciudad se llenó de un soplo de amarillos y violetas presumiendo en su territorio urbano, la flor de sus jacarandas y los brotes de sus huizaches en los alrededores camperos.

El clima nos envía olor a nuevo mientras los meses van estrenando el año, que llega a toda velocidad experimentando un clima seco, que hace que bebamos más de lo acostumbrado. Nuestro desierto se expresa y nos recuerda la ley de su geografía.

Pasamos de apagar el calentador a desempolvar abanicos y ventiladores guardados en bodegas y cajones. El aire en mi jardín desprende aroma de  flor y viste de blanco el ciruelo que revienta de capullos. 

La vida grita evolución y novedad aunque los órdenes de las temperaturas ya no guardan la secuencia que solíamos observar. Hoy febrero, demuestra su locura con un aire que no despeina y una temperatura que nos anticipa un mayo y un verano ecléctico.

La vida y su final están en la naturaleza y recién empezado el 2019 hemos tenido que despedir amigos queridos, -muy queridos- y familiares cercanos también muy queridos. Recibimos el anuncio de nacimientos que refrescan la confianza, a pesar del caos social que descubrimos cada día, al conectarnos a los medios de comunicación y las redes sociales.

El misterio permanece y vivir el momento es la posibilidad latente.

Amar la vida, sus flores y a las personas monta el mejor escenario para moverse en la jungla de concreto, chapopote y voracidad humana.

Decir adiós a quienes han dado su último aliento con la certeza de haber experimentado junto a ellos, la alegría de la compañía.

Las flores en sus ramas son la señal de ese ciclo interminable que se da en nuestro planeta; en la naturaleza y por qué no creerlo, también en el ser humano.

Quizá al morir, regresemos como flores de ciruelo o de jacaranda. Quizá adornemos calles que en otro tiempo habitamos o parajes amarillos que nunca conoceremos. Quizá la vida nos espera con bálsamos inusitados en los que repararemos como si fuera por primera vez.

Tal vez se trate de convertirse en flor. 

En memoria de Carlos Ávila Muriel “Chicharrín”

(1948-2019)