Vulnerables

En México, según el INEGI, 56.8% de la población económicamente activa esta en la informalidad, lo que significa que 30.2 millones de personas no tienen ingresos seguros, entre ellos se encuentran pequeños negocios, comerciantes en la vía pública, trabajadores de la construcción, del transporte público, empleadas domésticas, quienes lavan y cuidan automóviles, artesanos, trabajadoras y trabajadores sexuales, por lo que son el sector más vulnerable en el contexto actual que estamos viviendo.

Las familias cuyos ingresos son inestables, carecen de condiciones de vida apropiadas, por lo que son altamente vulnerables a contagiarse de Covid-19; sus condiciones de salud son precarias, las cuales están determinadas por su malnutrición y hacinamiento en sus viviendas; además tienen menos posibilidades de contar con atención médica adecuada y oportuna; estamos ante una situación de desigualdad social para enfrentar la pandemia, la posibilidad de perder la vida también es un asunto de clases sociales. 

Todos los individuos tenemos probabilidad de contagio, pero existe un sector poblacional aún más expuesto; el deterioro de salud por contraer Covid-19 depende de la calidad de vida de cada sector social; más de la mitad de mexicanos son vulnerables en su salud y en sus ingresos ante la pandemia, lo que traerá mayor pobreza y desigualdad; los programas sociales del gobierno son insuficientes, ayudan pero no resuelven el problema, además hay políticos locales que aprovechan la pandemia para intentar ganar popularidad.

Quienes tienen mayor riesgo de morir por Covid-19 son personas con padecimientos crónico degenerativos como hipertensión, diabetes, insuficiencia renal, problemas cardiovasculares o tabaquismo, hoy más que nunca se pone en evidencia un estilo de vida que daña la salud, un descuido en la forma de alimentación, el predominio de una vida sedentaria, lo cual se relaciona con el sector social más vulnerable que por motivos económicos, no tiene acceso a una mejor calidad y estilo de vida saludable e ideal.

Pobreza, desigualdad, sistema de salud deteriorado de las personas son los principales factores que influyen en la vulnerabilidad de la mayoría de los mexicanos para contagiarse de Covid-19, pero también, hoy más que nunca, se pone en evidencia un estilo de vida que daña la salud, como es el descuido en la forma de alimentarse como es el consumo en exceso de azúcar, sal, refresco, alcohol y tabaco, predominio de una vida sedentaria, cuyas empresas que producen estos productos les importa más la ganancia que la salud, en ello se explican sus alianzas políticas para evitar una política de salud pública efectiva. 

El quédate en casa es una estrategia viable para aquellos sectores cuyos ingresos son seguros y estables, pero la mayoría de los mexicanos viven al día, por lo que pedirles aislarse en casa significa privarlos de sus precarios ingresos; estamos enfrentando la pandemia sin considerar la profunda desigualdad social que prevalece en México; muchas personas perderán su empleo, otras disminuirán sus ingresos, pero también muchos lamentablemente perderán la vida; por ello la estrategia de apoyar los negocios pequeños es una buena política pública, pero insuficiente.

En México la mayor parte de las personas no tienen acceso a la seguridad social, además sus ingresos son insuficientes para atenderse en hospitales privados, por lo que la población en pobreza tiene un servicio médico de mala calidad, lento y sin el medicamento; además los hospitales y clínicas carecen del personal adecuado y de los recursos médicos necesarios para atender la pandemia, es un sistema de salud fragmentado que deja en el desamparo a la mayoría de las personas.

Las consecuencias sociales de la pandemia son desbastadoras e inhumanas en el presente y en el futuro, muchas familias tendrán problemas para comprar alimentos, vestido, transporte, no podrán pagar la renta de sus viviendas y sus servicios como agua y energía eléctrica; niños y niñas abandonarán la escuela, la deserción escolar en las universidades aumentará por motivos económicos, se incrementará la inseguridad, la violencia intrafamiliar, las enfermedades emocionales; los logros sociales obtenidos tendrán un retroceso.

En síntesis, la vulnerabilidad es un asunto económico con efectos sociales destructivos, pero también es política, que explica la captura de las políticas públicas por sectores de alto poder económico; la actual pandemia lo pone en evidencia, sectores económicos que privilegian la ganancia, políticos que buscan la foto con los más necesitados, una sociedad egoísta que desde la comodidad de su hogar critica toda política pública, mientras millones de mexicanos están desesperados por encontrar un lugar de atención en un sistema de salud abandonado por muchos años. Próxima colaboración: 20 de mayo de 2020. 

Twitter: @jszslp