Comer es uno de los mayores placeres del mundo. Ese momento del día donde da igual cómo haya ido la mañana, que durante la próxima hora, con suerte, o en su defecto, el descanso del trabajo, la comida da vida a cualquier persona. Pero no todo vale, según el colegio de nutricionistas y algunos expertos de la materia, una alimentación saludable no solo da sensación de bienestar al individuo, sino que una dieta saludable puede mejorar la salud de cualquier persona. A largo plazo, los beneficios de llevar una buena alimentación son innumerables.
Pero, ¿qué es una alimentación saludable? Hay quienes dicen que hay que comer lo que sienta bien al cuerpo, pero lejos de esta falsa utopía, la realidad basada en estudios arroja que una alimentación saludable es aquella que engloba los nutrientes necesarios para que el cuerpo aguante con energía el día completo, sin necesidad de ningún suplemento alimenticio externo. Entre los alimentos por excelencia están las frutas, verduras, cereales integrales, leche, lácteos, legumbres, pasta, carne, huevos, etcétera.
Con el inicio de la primavera comer al aire libre y al solecito siempre es uno de los planes favoritos, incluso en el día a día. Por eso, la ensalada es sin duda la opción más ideal para esta temporada. Ya que ofrece la posibilidad de combinar en frío multitud de ingredientes capaces de aportar el valor nutricional necesario. Tal es la importancia de la comida, que incluso en las plataformas que ofrecen casino y apuestas online hay un apartado de tragamonedas de comida.
Beneficios de la ensalada: ¿te enamorarás de la comida verde?
Hay quienes de declaran fan incondicional de la ensalada en cualquier época del año, pero no cabe duda de que es la típica comida que todos queremos cuando sale el sol, hace calorcito y buscamos algo fresco que llevarnos a la boca. La ensalada aparte de ser el plato más sencillo de cocinar por excelencia de cualquier gastronomía, es una de las opciones más completas en cuanto a nutrientes.
El error más frecuente en la sociedad es asociar la palabra ensalada a una imagen de simple hojas verdes. Esa idea aburre a cualquiera. Hace ya mucho tiempo que hacer una ensalada se ha convertido en una especie de innovación culinaria donde todas las opciones que puedan ocurrir son bienvenidas, y seguramente deliciosas.
Ensaladas calientes: una idea que no falla
Aunque pueda parecer raro, pensar que una ensalada tenga que ser sí o sí fría es como decir que la televisión solo se ve por cable o TDT. Hay muchas opciones de ensaladas que tienen como ingrediente estrella diversos alimentos calientes que le aportan un toque más cool a la comida.
Ensalada de champiñones o setas
En el top uno estaría la famosa ensalada con champiñones o setas. Una verdura rica en vitamina B5 que fortalece el sistema inmunológico por sus altas cantidades de betaglucanos, unas fibras que aumentan las defensas del organismo, además de prevenir enfermedades como el cáncer. Una ensalada con champiñones deberá acompañarse de un mix de lechugas verdes, o en su defecto canónigos, cebolla bien picada, tomate, queso y zanahoria. Una de las opciones ideales también para vegetarianos. El toque de las setas calientes no dejará indiferente a nadie.
Ensalada con zanahoria asada y semillas de hinojos
Otra de las recetas más recomendadas por dietistas y expertos es la ensalada con zanahoria asada con hinojo y manzana o pera. Aunque pueda parecer raro, cada vez es más frecuente incluir piezas de fruta en las ensaladas. Esta idea se sirve siempre a temperatura media, sino perdería la esencia de la zanahoria asada y se quedaría seca.
El secreto de esta ensalada reside en el tiempo de cocción de la zanahoria, el ingrediente estrella. Es muy sencilla de preparar, pero eso sí, las semillas de hinojos deben cocinarse a fuego lento previamente para que le den el toque de sabor esperado. Una vez asadas las zanahorias lo ideal es mezclar todo en un bol y calentar al menos durante cinco minutos en el horno para que los sabores puedan fusionarse.
Ensaladas frías: de la tradicional a la más innovadora
La cocina es para cualquier cocinero un lienzo en blanco que espera con ansia a ser pintado, pero cuando visitamos un museo lo que buscamos es una obra diferente, algo que salga de lo común y capte nuestra atención. Pues igual pasa con la ensalada, las mismas hojas verdes aburren y no le gustan a nadie, hay que ir un paso más combinando diferentes sabores.
Ensalada de pasta o arroz
Podría decirse que es el clásico por excelencia. Los hidratos de carbono son una de las principales, sino la que más, fuente de energía del ser humano. Los nutricionistas recomiendan incluir hidratos hasta en mínimo cinco comidas por semana, independientemente de querer engordar o adelgazar. Por ello, la base de una de tus ensaladas será de la pasta que más te guste.
Puede acompañarse de pollo a la plancha, pollo empanado, o en su defecto atún como fuente de proteínas. Dicen que la cebolla es la reina de la cocina, por lo que no puede faltar, aunque esta vez se usará para pochar el pollo.
En la ensalada de pasta puedes innovar tanto como tu cabeza sea capaz: queso a tacos, tomates en pequeños trozos, dados de queso cheddar, cebolla frita, pepino, apio, anacardos o frutos secos, pipas de calabaza, aguacate, gambas, salmón, y un largo etcétera.
Por su puesto, la base de hidratos puede cambiarse por arroz, aunque lo más adecuado es usar arroz largo y no redondo, por su fácil cocción y no quedar pesado. El secreto está en el aliño. Desde el típico mejunje de aceite, sal, pimienta y vinagre de manzana, vino o de Módena; y hasta mezclar especias como albahaca, orégano; o para los más atrevidos, el limón con aceite, mucha sal, pimienta y un chorreón del vinagre que más te guste. Se deja enfriar media hora para que se asiente el sabor y listo para llevar dónde quieras