Las pepitas de girasol son un botana muy popular entre los mexicanos, apreciado por su sabor y versatilidad.
Sin embargo, más allá de ser un simple tentempié, estas semillas ofrecen una amplia gama de beneficios para la salud, especialmente durante el embarazo.
Una de las razones por las que resulta difícil resistirse a las semillas es su contenido de triptófano, un aminoácido esencial que promueve la síntesis de serotonina, neurotransmisor relacionado con la sensación de felicidad, según explicó la química y divulgadora científica Deborah García Bello.
Además, el triptófano contribuye a la producción de melatonina, hormona reguladora del sueño, lo que puede ayudar a mejorar la calidad del descanso durante el embarazo.
Pero los beneficios de las pipas de girasol no se detienen aquí. Son una excelente fuente de ácido fólico, una vitamina del grupo B que desempeña un papel crucial en la prevención de defectos congénitos en el feto, como la espina bífida. Esto las convierte en un alimento especialmente recomendado para las mujeres embarazadas o aquellas que están planeando concebir.
Además, las semillas de girasol son ricas en zinc, un mineral que puede mejorar la fertilidad masculina al aumentar la calidad y la cantidad de espermatozoides. También contienen biotina y vitamina E, beneficiosas para la salud del cabello y la piel, así como ácidos grasos insaturados que protegen el corazón y fortalecen los huesos.
Por si fuera poco, estas semillas son una excelente fuente de magnesio y fósforo, dos nutrientes que favorecen la concentración, la memoria y el rendimiento en general. Además, su contenido de calcio contribuye a mantener la salud ósea, lo que las convierte en un complemento nutricional importante durante todas las etapas de la vida.