Cuidar el maíz que nos comemos

Cambio climático y daño medioambiental limitan la producción de este cereal

El maíz es la base de la alimentación y la fuente principal de energía de la dieta de los mexicanos. Se trata del cultivo de mayor importancia histórica y cultural en el país, con un consumo per cápita de alrededor de 196.4 kg al año.

Reflexionar las razones detrás de la relevancia de la cosecha en México y el mundo. Tal y como señala la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), hoy en día el maíz es el segundo cultivo más producido en el mundo después del trigo. Ésta es una siembra muy amigable, pues tiene la capacidad de crecer en ambientes diversos y continúa expandiéndose a nuevas áreas. No obstante, cabe destacar las afectaciones que el cambio climático trae a la agricultura y a la producción de maíz.

El 24 % del total de emisiones de gases de efecto invernadero son generados por el sector de la alimentación, afectando directamente la salud del consumidor y del planeta. Los suelos cada vez están más degradados y las áreas productivas disminuyen debido al crecimiento poblacional y a la expansión urbana.

Frente a este panorama, empresas de alimentación como Kellogg han tomado acción para apoyar a productores de maíz amarillo en México y fomentar el cultivo sostenible en el campo de la zona. En el caso de la región del Bajío, con el apoyo técnico del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), lograron sumarse miles de hectáreas impactadas con prácticas sustentables en los ciclos de siembra de años pasados. Cientos de productoras y productores han sido asesorados sobre el ciclo de la siembra, siendo orientados en cada paso del proceso: adquisición y correcto precio de las semillas, uso de maquinaria, manejo de suelo, fertilización, entre otras capacitaciones impartidas por expertos.

A su vez, Kellogg apuesta por nuevas técnicas para trabajar el maíz que garanticen el bienestar de los consumidores y el medio ambiente. Con el programa de apoyo al abastecimiento responsable, consolidado en 2017, se busca proveer a los campesinos mexicanos con una serie de técnicas que impulsen los procesos de producción y el cuidado de la tierra.