El lujo de la parrillada sin cuchillos de sierra

El asador tiene pocos secretos, pero muy importantes para no arruinar la carne: Antonio Esper Sulaimán

Pedir un cuchillo de sierra y no necesitarlo en una parrillada es uno de esos lujos que solo conceden la conjunción de una carne de buena calidad con un proceso de asado bien hecho.

"La carne la arruinas cocinándola mal, de la calidad que quiera poner", explica Antonio Esper Sulaimán, propietario de La Cafetería y catering de La Loma Club de Golf. El asador, dice, no tiene recetas complicadas: buena carne, sal, carbón y saber asar son la base. 

Para disponerlos en el asador, los cortes deben estar a temperatura ambiente, señala. Si llevan frío del refrigerador, el interior no quedará hecho. Y se cocinan a la brasa, no a la llama: hay que esperar a que el carbón tome el color blanco exterior mientras el interior se ve al rojo. Si hay flama, ésta sólo chamuscará y arruinará el corte. 

Hay quien se pone creativo y abusa del pinchador, en busca de un cocimiento interior completo. Esper no lo recomienda: la carne tiene a secarse porque el jugo se escapa por los orificios. 

La parrillada se acompaña con una variedad de verduras a la brasa: hongos portobello, pimientos, nopales asados y calabacines que ocupan la parte menos caliente del asador. Con la carne, una sola vuelta basta; pasarla a vuelta y vuelta entregará una pieza desecada y dura como suela, advierte.

A los servicios de buffet dominical de comida árabe, el primer domingo de cada mes,  La Cafetería del Club de Golf La Loma ahora adiciona un domingo al mes de parrillada, con el asador en el exterior. Los cortes van sobre pedido (Rib.eye, T bone, arrachera, chorizo) , se asan al momento. La barra es extensa:  ensaladas, vegetales a la parrilla, patatas a las hierbas, alitas , frijoles puercos, roast beef al vino tinto, y costillar BBQ, además de una estación de pastas.