El vino ha sido una bebida popular en la cultura humana desde su creación y es enormemente apreciado en todo el mundo por su sabor, complejidad y capacidad para complementar una buena comida. A lo largo de su historia, el vino se ha asociado a múltiples mitos y falsas creencias que algunos consumidores pueden llegar a considerar una realidad.
Te compartimos algunos de los mitos más comunes sobre esta noble bebida y por qué no debes creerlos:
La carne se acompaña con tinto y el pescado con blanco
Si bien en términos generales hay concordancia de ciertos maridajes incuestionables, como que el Malbec combina a la perfección con carnes a la parrilla, no es una regla absoluta. El maridaje busca crear sensaciones nuevas, tanto en la degustación del vino como en la comida con la que se acompaña. Aunque lo habitual es acompañar un vino blanco y más ligero con la suave textura del pescado, también es posible maridarlo con un tinto si se prepara con salsas especiadas. Hoy en día existen vinos tintos jóvenes y frutales, que al acompañarlos con mariscos y pescados como el salmón y el atún, realzan sus notas a la perfección, como es el caso de Casillero del Diablo Reserva Merlot. De igual forma, existen vinos blancos, como Trivento White Malbec, el primer Malbec cristalino en el mundo, que con una carne a la parrilla resulta en una peculiar y placentera combinación de sabores.
Otra creencia popular es que el vino tinto se debe tomar a temperatura ambiente y el vino blanco debe servirse frío. Ni todos los tintos ni todos los blancos se sirven a la misma temperatura, esto varía dependiendo de las características de cada etiqueta y de la madurez del vino. Existen vinos blancos que no se beben tan fríos y por el contrario, vinos tintos jóvenes que se pueden tomar fríos para disfrutar mejor sus aromas y sabores, como es el caso de Diablo Dark Red , que se recomienda enfriar a 14 o 16°C o Trivento Golden Reserve cuya temperatura ideal son 16°C.
El vino se puede disfrutar de muchas maneras diferentes, y el tipo de copa en la que se sirve puede llegar a tener un impacto en la experiencia de degustación. Existen copas de vino tinto, de vino blanco, de vino espumoso, de vino de postre y más, sin embargo, puede que solo los paladares más expertos noten la diferencia que brinda cada tipo de copa. Además, siendo honestos, no en todos los hogares se cuenta con todos los tipos de copas que existen. En última instancia, el tipo de copa que se elija obtendrá de las preferencias personales de cada quien y de las características específicas del vino que se está sirviendo. Como es el caso de 1000 Stories , un vino Zinfandel cuyo proceso de añejamiento es en barricas de bourbon, y es parte de la personalidad de la marca servirlo en un vaso de bourbon en lugar de una copa de vino.
El método de sellado de una botella no determina la calidad del vino. La tecnología actual permite envasar el vino con tapa rosca sin perder sus atributos, es ideal para vinos ligeros y jóvenes con características más frutales, como el Malbec Rosé de Trivento o el Sauvignon Blanc de Reservado de Concha y Toro. Con el corcho existe un intercambio de exógeno entre el interior y el exterior de la botella, lo que no sucede con la taparrosca, por lo que es ideal para conservar la impronta de los vinos jóvenes. Un beneficio de la taparrosca es que, si no se terminó la botella, permite cerrarla herméticamente para guardar el sobrante en el refrigerador.