Cuidar de nuestra salud no solo tiene que ver con la actividad física y los alimentos que incorporamos en nuestra dieta. También se deben tener en cuenta diferentes variables y factores que, por ejemplo, al cocinar no debemos descuidar para no caer en perjuicios para nuestro organismo.
El Instituto Mayo Clinic pone el acento en la importancia del yodo para nuestro cuerpo, especialmente para la tiroide y la producción de ciertas hormonas. Al respecto, señala que para la mayoría de las personas la manera más fácil de ingerir suficiente yodo probablemente sea con la sal yodada, sin embargo existen distintos tipos de sal y cada una tiene un impacto diferente en nuestra salud.
La sal es uno de los ingredientes más presentes en las cocinas del mundo, aunque difiera de aquellas connotaciones que señalan que una vida saludable se consigue con un bajo consumo de esta. Pero, como señala la nutricionista Daniele Mello, consumirla en exceso y suprimirla extremadamente son acciones igual de peligrosas.
Muchos estudios intentan dejar en claro que la sal no es perjudicial para el cuerpo humano, sino que tiene importancia y es necesaria. En la misma línea remarcan que el exceso en su consumo es lo que termina generando consecuencias negativas en nuestra salud. Consumir hasta 5 gramos por día por persona es la medida recomendada por instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En este punto, resurge una incertidumbre sobre cuál es el tipo de sal que menos afecta al organismo. Así es como se pone en comparación las sales común, ligera y marina. La primera de ellas puede ser utilizada por personas sanas sin ningún prejuicio. La segunda ofrece un sabor un poco más suave que la sal de mesa utilizada en la mayoría de los alimentos y está recomendada para personas hipertensas ya que posee menos sodio. Sin embargo, este tipo de sal tiene más potasio por lo que no es conveniente para la salud de las personas con afecciones renales.
Finalmente, la sal marina es la que contiene menos colorantes y conservantes que las demás sales porque no sufre ningún proceso químico. Además, explica Daniele Mello, ofrece una mayor concentración de minerales como yodo, calcio, zinc, hierro y potasio, por lo que es la más recomendada para resguardar la salud de nuestro organismo.