CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 17 (EL UNIVERSAL).- Después de las grandes comidas familiares para celebrar, este fin de semana, la Independencia de México, vale la pena aprovechar la fecha y visitar algunos restaurantes que son la delicia de los más adeptos a la gastronomía nacional y que detrás de sus muros guardan décadas de historia.
Casa Merlos
Hace más de medio siglo, en 1970, abrió sus puertas Casa Merlos, en el número 80 de la calle Victoriano Cepeda, en la colonia Observatorio, restaurante fundado y dirigido por la chef Lucila Molina de Merlos, y especializado en comida poblana del siglo XVIII. Aunque justo determinó esta línea, la cocina poblana colonial, hasta el año de 1985.
En el menú del restaurante hay, por ejemplo, chapulines, sopa de flor de calabaza, huauzontles y manchamantel. Hoy, justo, es el último día del Festival del Chile en Nogada. Vale la pena mencionar que la chef de Merlos ganó la medalla de plata Paul Bocuse en el Congreso Mundial de Gastronomía.
Los pambacitos de Benjamín Franklin
La receta de los pambazos de la bisabuela Joaquina se empezó a vender a finales de 1947 en lo que hoy es el Instituto Luis Vives, que se encuentra a menos de diez minutos en carro de Casa Merlos. En 76 años, los pambacitos de Benjamín Franklin han cambiado de sede en muchas ocasiones y, por su sazón y ser considerados los pambazos más antiguos de México, se han vuelto una leyenda. Dicen que hasta el periodista Manuel Buendía llegó a probarlos. En la actualidad se encuentran en el número 61 de la avenida Progreso, en la Escandón, no lejos de donde surgieron.
Tortas Armando
Las Tortas Armando son un clásico. Es sabido que aquí se inventó la torta como el platillo popular que hoy conocemos y sobre este local, fundado en 1892, llegó a escribir Artemio de Valle Arizpe, el gran cronista del México de antaño.
En esta medida, las Tortas Armando son uno de los supervivientes de ese México antiguo. El local de don Armando Martínez Centurión, en el corazón del Centro Histórico, fue visitado por figuras como Agustín Lara o Mario Moreno "Cantinflas".
Sin embargo, ahora su local se encuentra en Rio Nazas 64. Dicen que, pese al cambio de local, su receta, su espíritu y su sazón siguen intactos.