En el corazón de la ciudad, algunos bares y antros desafían la normativa, operando hasta altas horas de la madrugada sin temor a consecuencias. Mientras el resto de los ciudadanos inicia su jornada, estos lugares privilegiados continúan con su fiesta sin restricciones.
Uno de los focos de este desenfreno es el antro conocido como El Greko, ubicado en la avenida Venustiano Carranza. Aquí, la escena no es solo de diversión, sino también de violencia desatada. Batallas campales con cubetas, patadas, mordiscos y rasguños son lamentablemente comunes, ilustrando un ambiente de caos y peligro.
El alcohol, sin duda, juega un papel crucial en esta situación, exacerbando las emociones y llevando a comportamientos extremos. Mientras tanto, las autoridades de comercio y policía preventiva brillan por su ausencia, mostrando una permisividad, inutilidad e insensibilidad que permiten que estos escenarios se repitan sin control.