CIUDAD VALLES. De los cadáveres putefractos encontrados hace unos días, solo uno ha sido reclamado, los otros permanecen en la morgue. El que ya fue entregado a sus familiares, fue Francisco G., quien tenía 60 años de edad, y trabajaba en un taller ubicado en la avenida Universidad cerca del cruce con bulevar México-Laredo, en el mismo predio donde se ubica una casa de empeño.
Su cadáver es el que apareció tirado en un camino de terracería contiguo al Río Valles, dentro de un rancho ubicado a nueve kilómetros de la cabecera municipal, y contiguo al ejido Chantol.
Las investigaciones de la Fiscalía General del Estado revelaron qué el hombre murió a causa de un infarto agudo al miocardio, y su cuerpo no tenía huellas de violencia, aunque todavía no se sabe qué andaba haciendo el hombre por ese rumbo.
Por otro lado, en la morgue permanece el cuerpo del hombre hallado dentro de una camioneta chatarra, en la calle Río Claro de la colonia América.
En ese caso, por testimonio de varios vecinos, el occiso al parecer es un hombre que padecía de sus facultades mentales, y estaba en situación, por eso usaba los restos de esa camioneta como morada.
Sin embargo por su condición mental, nunca entabló comunicación con alguien, y no han aparecido familiares. También permanece en calidad de desconocido un hombre que fue estrangulado, y cuyo cuerpo apareció atrás de un paradero de autobuses ubicado cerca de la entrada a la empacadora Praderas Huastecas en Tamuín.
Aunque en este caso, hay una familia en espera de los resultados de pruebas científicas, y sería en próximos días cuando se sepa si es uno de sus familiares que buscaban. Aunque por el sigilo de las investigaciones, no se dieron a conocer más detalles.