Solo un tubo saliente de recuerdo le queda a algunos vecinos de la Calle Galeana en el Centro Histórico, que se cansaron del robadero de medidores de agua y también sus instalaciones al interior de los inmuebles.
Ni siquiera esa calle ubicada en el centro de la ciudad se salva de los ladrones de aparatos de medición.
En el proceso reconstructivo de las calles, los responsables del diseño de redes colocaron el acceso de agua directo a la finca y el medidor en su interior, pero en algunos domicilios, todos destinados a servicios, se aprecia la falta de medidores de agua colocados originalmente en el exterior, para evitar el acceso de los tomadores de lectura al interior de los domicilios.
Un ejemplo es un edificio ubicado en la Calle Galeana, frente al hotel Palacio de San Agustín, que presenta huellas de reparación posterior por el probable robo del medidor. La toma de agua, proporciona servicio a un pequeño departamento que el propietario renta ocasionalmente.
En otro edificio ubicado entre las calles Zaragoza y Morelos se aprecia un tubo cortado que perteneció a la toma domiciliaria de agua, y otro tubo que ingresa directo a la finca.
En otras calles dentro del propio Centro Histórico es frecuente ver el escurridero de agua que se produce cuando alguien se lleva el medidor.