Académicos de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) y de El Colegio de San Luis (Colsan) señalaron que el proyecto Monterrey VI que pretende llevar agua de la Huasteca potosina a la capital de Nuevo León, no debe realizarse con base en un estudio de impacto ambientan que data de hace más de 10 años.
Antonio Cardona Benavides y Fernando Díaz Barriga, del Grupo Universitario del Agua, así como Luis Enrique Granados Muñoz y Francisco Peña, del Observatorio Socio Ambiental del Colsan, explicaron que el estudio de impacto ambiental del Monterrey VI se hizo en 2011, cuando la Huasteca potosina tenía un superávit hídrico, condición que cambió drásticamente en los años subsecuentes y hasta la actualidad.
Además, se dijeron extrañados de que el proyecto regiomontano se quiera revivir cuando la asignación de agua para Nuevo León se encuentra legalmente vencida.
Advirtieron de graves daños ecológicos al río Pánuco y a la Huasteca, como la extrema salinización de las aguas, si el proyecto Monterrey VI llega a realizarse, además de los altos costos de la obra y la desmesurada extracción de agua, que sería equivalente a 15 veces lo que se extrae de El Realito o 130 mil pipas diarias de 10 mil litros cada una.
Otro aspecto señalado por los académicos, es que en Monterrey, la mayor parte del agua potable no se usa para satisfacer las necesidades de la población, sino de la industria, por lo que habría que revisar cuál será el verdadero beneficio social que tendría la extracción de agua desde el Pánuco hacia la capital neoleonesa, además de que aseguraron que allá tienen otras fuentes de abastecimiento de agua que deben explotar, antes que tomar agua de otros estados.
Los conferencistas pidieron que el proyecto hídrico no se discuta solamente "entre gobernadores", sino que la discusión se abra a las organizaciones civiles, académicas, de derechos humanos, y que, sobre todo, se enriquezca con criterios científicos para tomar las mejores y mas equitativas decisiones.