Apuestan comercios al Día de Muertos

Con el mes de octubre ya iniciado, numerosos comercios del Centro Histórico se ven repletos de mercancías, adornos y promociones relativos a la festividad extranjera de Halloween y al muy mexicano Día de Muertos, tradiciones que, en el afán de vender, conviven en las tiendas en una especie de sincretismo de aparador.

De la primera festividad, destacan los colores naranja, morado y negro en todo tipo de artículos: Calabazas de cartón y plástico, sombreros de bruja, antifaces, figuras de fantasmas, momias, arañas, calaveras, gatos, murciélagos y más.

Lo “diabólico”, obscuro, tenebroso o sobrenatural son el sello de esta festividad que tiene su origen en un festival de la cultura celta llamado “Samhain” que hace tres mil años celebraba el fin del verano y el inicio del otoño. Esta festividad fue opacada después por la festividad religiosa del Día de Todos los Santos, que se movió del 13 de mayo al 1 de noviembre de cada año.

De la segunda festividad, destacan por supuesto las diversas representaciones de la muerte en calaveras, esqueletos disfrazados de adelitas y charros, la Catrina de José Guadalupe Posada, las tumbas, ataúdes y por supuesto, los dulces típicos, los papeles picados de colores y el aroma y color característico de las flores de cempasúchil.

La creencia en la trascendencia del espíritu, el recuerdo de los familiares ya fallecidos, la convivencia familiar y el respeto a las tradiciones son algunos de los aspectos que caracterizan al Día de Muertos, fiesta de origen indígena pero que se nutrió de elementos traídos por los conquistadores españoles.