Arruina al Central transición al Insabi

Federación le quitó los ingresos del Seguro Popular; arrastra millonarios pasivos

El director del Hospital Central “Ignacio Morones Prieto”, Francisco Alcocer Gouyonnet, reveló que el nosocomio cerraría el año 2021, con un aproximado de 200 millones de pesos de pasivos a proveedores, si no llega la ayuda extraordinaria que se requiere para compensar la falta de ingresos producto de la etapa de transición.

Explicó que la gravedad del problema es tal, que el hospital vive técnicamente al día, y requiere de mayores posibilidades de ingreso. 

El hospital dejó de percibir recursos del Seguro Popular, de ingresos propios por servicios y además presenta una caída presupuestal importante.

Los ingresos se han venido deteriorando, a tal grado que únicamente los años 2017 y 2018 presentó superávit presupuestal y se vio afectado conforme se da la etapa de transición al sistema federal Insabi, que en este caso ha sido muy lenta.

Explicó que desde que comenzó la administración estatal aplicaron un estricto control administrativo para disminuir la falta de recursos con la que fue recibido el gobierno.

En el recuento de los años, el Hospital Central llegó al año 2015 con un déficit presupuestal de 118 millones de pesos. A partir del hallazgo, fue necesario implementar políticas públicas de fondeo y de orden administrativo y un año después, 2016 cerró con un déficit de 47 millones de pesos, cantidad que obligó a reforzar la actividad hospitalaria y las políticas de ahorro y contención de gasto en asuntos no urgentes.

Informó que en 2017 y precisamente por las prácticas de orden administrativo y manejo transparente de los recursos, el hospital, por primera vez ofreció un superávit presupuestal, para entonces calculado en 34 millones de pesos.

Sin embargo en 2018, el orden disciplinario y los ingresos que todavía podía recaudar el hospital, le permitieron presentar un superávit de 84 millones de pesos.

A partir de 2019 el presupuesto se fue en caída libre, y ya era deficitario con 16 millones de pesos; para el año 2020, el cambio de sistema y la pandemia de COVID-19, provocaron un déficit presupuestal de 77 millones. Para el año 2021, está calculado que pudiera cerrar con un déficit de 70 millones de pesos, pero es abierta la esperanza de que eso no suceda.

Por lo que se refiere a los pasivos, el Hospital Central, el gobierno actual lo recibió con un pasivo pendiente de 436 millones; en el historial para 2019, los pasivos se encontraban en un aproximado de 263 millones. En 2020, las condiciones del cambio de sistema y la pandemia aceleraron los pasivos que alcanzaron los 500 millones de pesos, pero el Gobierno del Estado apoyó. En 2021 es de 200 millones de pesos.

Así, los planes de recuperación cambiaron, cuando en el gobierno federal actual fue planeado el cambio de administración al sistema Insabi, y desaparecieron el Seguro Popular y las posibilidades de ingreso por cobro de servicios.

Recordó que el hospital tiene que pagar salarios de los trabajadores y con el déficit presupuestal, es el gobierno del Estado quien se está haciendo cargo de la nómina, pero a ese esquema le falta soporte financiero, y lo que requiere el hospital es la seguridad del pago de sueldos.

El esquema financiero previo al Insabi incluyó un ingreso compuesto por 50 por ciento en materia de Seguro Popular, 10 por ciento por cuotas de recuperación, ambos en realidad componentes de los ingresos por recuperación, y si no trabajaban no había dinero y el trabajo como tal contribuye a la recuperación.

También había convenios con el IMSS y el ISSSTE que cubrían pagos por hacer el trabajo. El Gobierno Federal aportaba 20 por ciento y el gobierno del Estado 15 por ciento de esos recursos. Sin embargo, el Insabi quitó posibilidades de ingreso del hospital.