A unas horas de que el titular de la Secretaría de Salud anunciara el semáforo epidémico en rojo para implementar de inmediato, comercios del Centro Histórico cerraron sus puertas como forma de disminuir el flujo de gente y los riesgos.
La asociación Nuestro Centro ayer mismo respaldó la medida, aunque demandó que también se ponga orden en el comercio informal presente en el primer cuadro de la ciudad y en diversos puntos de la ciudad.
Aun así, para familias enteras pareciera que la pandemia no está en curso.
Sin embargo, algunas tiendas como una de abarrotes en la calle Díaz de León, se mantuvieron abiertas.
También operaron abiertamente y a su máxima capacidad, un bar de terraza en la calle Álvaro Obregón, en las proximidades con la Plaza de los Fundadores, algunos cafés y bares en la calle Universidad, en el tramo que se conoce como callejón de San Francisco y un negocio de helados en la esquina surponiente de la Plaza de Armas.
La calle Hidalgo quedó semidesierta, sólo permanecieron abiertos dos restaurantes.
En contraste, el tianguis de Las Vías, que se instala los domingos al norte de la Capital potosina, es la mejor muestra de la incapacidad de autoridades estatales y del Ayuntamiento para hacer valer los protocolos de prevención de contagios.
La anarquía demostrada por los comerciantes de ese tianguis se hizo patente desde el año pasado y no ha variado en nada, a pesar de que la entidad vive ahora el peor de los picos en cuanto a contagios, con cifras que ya rozan el millar de
casos diarios.
A pesar de ello se vio a familias y grupos de amigos
sin cubrebocas.
Incluso cerraron sus puertas los puestos de periódicos, pero aparecieron algunos aspirantes a suertudos que buscaban el número del billete de lotería.