¿ Sabías que dentro del altiplano mexicano, del cual es parte el norte de San Luis Potosí, durante miles de años se extendió un hermoso pastizal en donde habitaban grandes mamíferos como bisontes, venados y antílopes? Los grandes bisontes eran animales nómadas que viajaban por un largo corredor de pastizal desde Canadá hasta esta región. Aquí en las zonas áridas, habitaban en una estrecha interrelación con la naturaleza diversos grupos de cazadores-recolectores como los Guachichiles, Cazcanes, Guamares y Zacatecos que contaban con un amplio conocimiento, moviéndose en distintas temporadas, aprovechando y adaptándose continuamente a los flujos de abundancia y escasez de agua, plantas y animales.
Después durante la Colonia con la llegada de los españoles, aprovechando estos pastizales, se introdujo el ganado (cabras, borregos, vacas y caballos) que es hoy tan característico de la región después de casi 500 años de pastoreo. Aunque al principio eran más móviles, estos grupos ganaderos con el tiempo se fueron asentando, ya que de la mano con la ganadería, años después el descubrimiento de plata y el resultante desarrollo minero, desencadenó el crecimiento de grandes pueblos con diversos requerimientos como la producción de carne, sebo para velas, jabón y lubricantes, piel para cuerdas, arneses, ropa, zapatos, entre otros artículos del ganado. Estos pueblos a su vez necesitaron del desarrollo de caminos que conectaban largas distancias hasta el centro de México. Así, con el tiempo, algunos pueblos se convirtieron en ciudades y cada vez crece más la población en zonas urbanas y rurales, y con este crecimiento, la demanda de productos estimula diversas actividades productivas en la región. Así conviven personas diversas que sostienen diferentes necesidades e intereses. Por ende, gracias a múltiples factores socioambientales, estos hermosos paisajes han cambiado y lo continuarán haciendo a través del tiempo.
Los paisajes tienen una gran riqueza y diversidad biológica y cultural, con gente que alberga muchos conocimientos y tradiciones. En los últimos años se han visto amenazados por distintas causas asociadas al desarrollo desmedido como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y de suelo, y la contaminación del agua y el aire, entre otros. Así, ciertas actividades -cultural, ambiental y socioeconómicamente- importantes como la caprinocultura tradicional y la milpa, se encuentran amenazadas y al borde de su desaparición. Por ende, es importante responder con estudios y proyectos innovadores que promuevan el co-diseño de soluciones duraderas y equitativas entre todos los diferentes actores interesados trabajando en una meta común. Conocer nuestra historia nos permite conocernos mejor como individuos y como sociedad, saber porqué estamos donde estamos y hacia dónde nos dirigimos. Además de la historia, es importante entender cómo los diversos factores, las múltiples partes y/o acciones suelen estar interconectadas entre sí formando un todo. Por ejemplo, no es posible estudiar al clima, a la vegetación, a las culturas, o a las acciones humanas por separado. Es necesario contemplar los vínculos entre las partes, la incertidumbre en cómo y porqué cambian por sí solos y/o cuando interactúan entre ellos. También es importante considerar que a pesar de que algunos eventos extremos, como la sequía, la caída de precios, la oferta y la demanda en el mercado, entre otros, pueden alterar severamente al paisaje, existe la capacidad de recuperación. Sin embargo, eso depende de qué tan adaptables sean las plantas, animales, suelos y personas frente a los cambios. Éstas son algunas características de los sistemas ambientales complejos (Figura 1).
Desde la academia, sabemos que se requiere de la interdisciplinariedad, donde se generan nuevos marcos teóricos y metodologías para lograr esta comprensión aprovechando de expertos de diversas disciplinas de las ciencias sociales, ciencias naturales y las humanidades. También sabemos que no podemos trabajar solos, requerimos de alianzas estratégicas con organizaciones no gubernamentales, agencias de gobiernos locales, regionales, nacionales e internacionales, el apoyo logístico y económico de la industria y sobre todo, la participación e iniciativa de los pobladores locales. Entonces, si queremos incidir en la solución de problemas socioambientales se puede pensar en el desarrollo de planes de manejo, la creación de empresas locales, la generación de cadenas cortas de comercialización, la promoción de espacios para el intercambio de saberes, la innovación social con nueva tecnología y la mejora en la toma de decisión. Hasta ahora se han obtenido logros importantes que han sido clave para integrar respuestas y acciones útiles, pero todavía falta un largo camino por recorrer.
La División de Ciencias Ambientales (DCA) en el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICYT) cuenta con programas educativos a nivel de maestría y doctorado con importantes estándares de calidad y a la vanguardia para formar científicos y profesionistas trabajando en la solución de estas problemáticas. A partir de agosto del 2021, la DCA implementó su programa actualizado de maestría en Ciencias Ambientales que cuenta con tres Líneas de Generación y Aplicación de Conocimiento (LGAC): Biotecnología e Ingeniería Ambiental, Ecología y Cambio Ambiental Global, y Sistemas Ambientales Complejos. De manera novedosa re-diseñamos la línea de ‘Sistemas Ambientales Complejos’ en donde ofrecemos un curso para todos los estudiantes de nuevo ingreso enfocado en sus fundamentos y dos cursos de especialidad, uno sobre los métodos para estudiar estos sistemas y otro aplicado a problemáticas actuales locales llamado ‘Laboratorio Extramuros (LEMUR)’.
Como se describió anteriormente, el estudio de sistemas ambientales complejos es innovador y permite tanto la comprensión de los retos socioambientales como la búsqueda de soluciones para poder incidir en los objetivos de desarrollo sostenible planteados por las Naciones Unidas, al incentivar la creatividad, la diversidad y la adaptabilidad de las personas y de las instituciones para responder al cambio. LEMUR es también un curso innovador intrainstitucional donde los estudiantes de doctorado de las cinco divisiones del IPICYT (Biología Molecular, Ciencias Ambientales, Control y Sistemas Dinámicas, Geociencias Aplicadas, Materiales Avanzados) junto con los estudiantes de maestría de la DCA tienen la oportunidad de aplicar, compartir y aportar sus conocimientos adquiridos. Así, colectivamente con expertos de otras instituciones académicas y con actores de diversos sectores se generan alianzas para trabajar todos en una meta en común. Actualmente se trabaja con el tema del lirio acuático de la Presa San José, que al ser una planta invasora causa cambios socioambientales a distintos niveles que requieren de su estudio integral para diseñar propuestas de mejora que cumplan con los intereses de todos los actores relacionados.
Por ende, con está línea de investigación nos comprometemos con la formación de nuevas generaciones de científicos y profesionistas que generen conocimiento útil en temas socioambientales con proyectos de investigación interdisciplinarios y multisectoriales para incidir en la sostenibilidad con salud y calidad de vida socioambiental. Idealmente se requiere de la creación de proyectos que continúen a largo plazo y de la generación de alianzas efectivas y duraderas con múltiples sectores comprometidos. Por lo que se requiere con paciencia lograr cambios en las mentalidades, actitudes y disposiciones de las personas y de las instituciones para compilar datos, enfoques e ideas a diversas escalas espaciales, temporales y sociales. Los retos complejos que enfrentamos como sociedad requieren de muchas personas e instituciones trabajando juntas en donde se puedan diseñar procesos y sistemas sostenibles, además de desarrollar soluciones tecnológicas y políticas públicas para promover el bienestar socioambiental.
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