En medio de las noticias diarias, relacionadas con el incremento de la incidencia delictiva, tanto en el país como en la entidad, figuran escenas inhumanas de personas desmembradas, colgadas, incineradas, desechas en ácido y tantas escenas macabras, pero recientemente ya no solo cometidas por la presencia de los varones, sino también por las mujeres.
¿Por qué delinquen?
Urenda Queletzú Navarro Sánchez, profesora investigadora del Posgrado en Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la UASLP, argumenta que sobre las mujeres pesan dos tipos de controles del comportamiento.
Describe que el primero es el informal, consistente en todas las creencias en torno a los roles de género, los comportamientos ideales de las mismas, por ejemplo, las “buenas madres” o las “buenas esposas”, los cuales significan sacrificio o abnegación.
A su vez, expone que al romperse los controles informales surgen los formales, que tienen que ver con las conductas señaladas por el estado como de carácter antisocial, algo “que no pasa con los hombres”, pues sobre ellos solo pesan “los formales”.
“Más allá de que la Fiscalía presente más mujeres, creo que es importante empezar a reflexionar en torno a las causas que llevan a las mujeres a delinquir y porqué en dado caso estamos viendo que ahora figuran más”.
La académica aduce que algunas pueden estar en condiciones de víctimas, dado que, por ejemplo, en las filas del crimen organizado o la criminalidad común, también se despliegan las creencias patriarcales hacia la mujer.
Plantea que el Derecho Penal individualiza las conductas cuando muchas de las causas de las conductas delictivas, son motivos estructurales de carácter social y colectivo “entonces deberían hacerse muchas preguntas sobre el tema”.
Por separado, Mayra Cecilia Lozano Aguilera, delegada de la Barra de Criminólogos y Criminalistas de San Luis Potosí, precisa que las mujeres delinquen menos que los hombres, según las estadísticas oficiales y estudios de criminología.
Refiere que el criminólogo italiano Cesare Lombroso, en una de sus publicaciones sobre la tendencia femenina a la criminalidad, expone que el perfil se basaba en: tendencia al suicidio, aumento de la agresividad en el ciclo biológico, insatisfacción de necesidad, baja formación académica, cuidado parental inadecuado y sexualidad precoz.
“Muchos piensan que, por el hecho de ser mujer, por sus condiciones biológicas y sociales en que se desarrolla la personalidad de la mujer, inciden a que haya menos índices de violencia”, puntualiza.
Recuerda que, si bien con anterioridad los delitos cometidos por ellas consistían en robo, hurto y otras sustracciones, en la actualidad los ilícitos dieron un “giro de 180 grados”, pues ahora se relacionan con homicidio, secuestros y tráfico de drogas.
De acuerdo con la criminóloga, investigaciones en la materia detallan que, en la criminalidad femenina, la mayoría de las mujeres criminales son personas de escasos recursos económicos y culturales, que ve el crimen como una forma de adquirir ingresos para subsistir.
Asume que la principal motivación del sexo femenino por cometer crímenes, se vincula con lo económico, sin embargo, también lo hace por amor, es decir, si su pareja es narcotraficante ella seguirá sus pasos “por lealtad” a esa persona.
“Es como el monstruo de Ecatepec, que él y su esposa mataban a mujeres, a vecinas que las hacían sus amigas, hasta que los agarraron hace poco y están en proceso. Ellos son un ejemplo de lo que te estoy diciendo”, manifiesta.
El recuento
En los últimos días, la Fiscalía General del Estado (FGE) de San Luis Potosí, ha revelado la detención de personas por diversos ilícitos, entre los detenidos se encuentran mujeres de diversos rangos de edad.
El 9 de julio pasado, reportó que tres personas que habían sido detenidas en flagrancia por portación de armas de fuego, ahora enfrentan un nuevo cargo, al ser quienes presuntamente efectuaron disparos a una vivienda en la colonia “Los Reyitos”, ubicada al norte de la ciudad.
Desglosó que cumplimentó una orden de aprehensión por los delitos de ataque peligroso y daño a las cosas, en contra de una mujer y dos hombres, quienes supuestamente el 12 de julio del 2019, en la calle Sara Pérez de Madero de la citada colonia, dispararon a una casa y un automóvil estacionado en ese lugar.
Para el 16 de julio de 2019, la FGE desglosó que detuvo a dos mujeres y un hombre, por la probable responsabilidad en los delitos de falsificación de documentos en general y asociación delictuosa en su modalidad de pandillerismo.
Describió que una mujer refirió que el 18 de noviembre del año 2016, los presuntos cobraron un seguro que no les correspondía, esto después de que su esposo perdió la vida en un accidente automovilístico y éstas supuestamente falsificaron los documentos.
En esa misma fecha, comunicó que aprehendió en flagrancia a una mujer y dos hombres, por su presunta responsabilidad en los delitos de portación de arma prohibida y contra la salud, cometidos en la capital potosina.
Externó que mediante una llamada de auxilio, se reportó la presencia de personas armadas a bordo de un taxi en las inmediaciones de la avenida Coronel Romero, por lo cual, agentes de la corporación implementaron un operativo para corroborar dicha información.
Asimismo, el 19 de julio pasado notificó que, en el municipio de Cárdenas, detuvo en flagrancia a una mujer de 25 años y su pareja de 23 años, por el delito de secuestro simulado en agravio de una menor de edad, hija de la detenida, quien se encontró sana y salva.
Finalmente, el 21 de julio de 2019 refirió que en la municipalidad de Cedral, detuvo en flagrancia a una mujer de 24 años de edad, debido a la probable responsabilidad en el ilícito contra la salud.
De pasiva a activa
Navarro Sánchez sentencia que, para analizar la criminalidad femenina, no solo debe tomarse en cuenta cuando son sujetas pasivas porque son inducidas por los varones, sino también cuando son activas “que es ahí donde hay que poner el acento”
“Ciertamente habrá mujeres que delinquen en razón de cómo se reproduce en sus relaciones y sus mandatos de género y que muchas veces están implicadas por las parejas, por las familias o por otro tipo de relaciones, que tienen que ver con relaciones donde se reproducen los mandatos de género”, dice.
En contraste, señala que también pueden darse asuntos donde las mujeres criminales comenten delitos necesariamente por ser obligadas, inducidas o amagadas por hombres, sino que es por voluntad “pero debido a condiciones estructurales”, es decir, por la desigualdad que viven.
A su vez, Lozano Aguilera externa que el repunte de la mujer delincuente ha generado impacto entre la sociedad local y nacional, debido a que “transgrede” los preceptos de seres cálidos, sumisos, maternales, tiernos, incluso de cometer actos delincuenciales como matar a sangre fría.
“La edad promedio en que delinquen las mujeres, es entre los 20 y los 45 años, reflexionar sobre estos cambios tan drásticos exige entrar a un campo de prejuicios ideológicos, pero que han producido algunas teorías que se basan en la manera de ser de la mujer, que nos ayudan a explicar estas nuevas realidades”, concluye.