Daniela en busca de recuperar su independencia

Originaria de Tamuín y nacida con la condición de talla baja, perdió parte de la movilidad en su cuerpo por una enfermedad

En el marco del Día Mundial de las Personas de Talla Baja, que se conmemora cada 25 de octubre, Daniela, de 40 años, originaria de Tamuín, comparte su historia de vida, marcada por la independencia, la resiliencia y un reciente desafío que cambió su día a día. Actualmente, Daniela trabaja como ambulante en el mercado municipal, una labor que realizaba con autonomía antes de perder la movilidad.

Nacida con una condición de talla baja, Daniela aprendió desde pequeña a vivir con un cuerpo distinto sin sentirse limitada. Asistió a escuelas públicas, trabajó, fue catequista, emprendedora y llevó una vida independiente. Aunque algunas actividades cotidianas requerían un esfuerzo extra, como subir escaleras o alcanzar objetos, siempre se consideró capaz.

Sin embargo, hace cuatro años, una enfermedad le arrebató la movilidad, dejándola postrada en cama y dependiente de su madre para alimentarse, asearse y moverse. “Cosas que antes hacía sola, como levantarme, peinarme o incluso ir al baño, ahora requieren ayuda. Hoy, mi reto más grande es volver a tener una vida digna y autónoma”, compartió Daniela.

A lo largo de su vida, Daniela ha enfrentado la curiosidad y la infantilización por parte de algunas personas, aunque nunca agresiones directas. “Muchos me hablaban como si fuera una niña, incluso siendo adulta. Sin embargo, mi familia siempre me enseñó a tener autoestima y a aceptar mi condición con amor”, dijo. Para ella, el verdadero obstáculo no es la burla, sino la falta de adaptación de los espacios y de oportunidades reales para personas de talla baja.

Respecto a la representación en medios y entretenimiento, Daniela considera que, aunque existe inclusión, a menudo se limita a papeles cómicos o fantásticos. “Nos gustaría que se nos incluyera mostrando nuestra vida cotidiana, talentos y logros, no solo para hacer reír”, explicó. Además, señaló que en México y en San Luis Potosí, aún falta avanzar en accesibilidad, oportunidades laborales y programas de salud especializados.

En este Día Mundial de las Personas de Talla Baja, Daniela envió un mensaje de resiliencia y esperanza: “No somos un estereotipo ni un personaje de comedia, somos parte de la sociedad y queremos aportar. Estoy atravesando un momento muy difícil porque perdí la movilidad y sueño con volver a caminar. Sé que con terapias, atención médica y apoyo es posible. No busco lástima, busco una oportunidad para recuperar mi independencia y demostrar que aún tengo mucho por vivir”.