Luego de las recientes lluvias registradas en la ciudad, el camino a Peñasco, ubicado en el norte de la ciudad, quedó convertido en una superficie de fango, pues la base de asfalto desapareció desde hace años.
En un recorrido por el lugar, la vialidad que inicialmente estaba intervenida con chapopote y gravilla, ahora solo está constituida por tierra, piedras y escombro, distribuidos a lo largo del acceso.
Si bien camiones pesados y de transporte transitan sin problema, autos pequeños, motociclistas y ciclistas circulan con dificultad, dado que por momentos “patinan” sobre el lodazal o caen en cavidades ocultas por el lodo.
Aunado a ello, el camino a Peñasco carece de banquetas, por lo tanto, los residentes y quienes caminan de un lugar a otro deben andar entre el lodo, resbalar y hasta derrapar por la fragilidad del piso.
Residentes de las colonias Matamoritos y Real de Peñasco reconocieron que los gobernantes salientes de la Capital y el Estado ya no pueden hacer nada, sin embargo, solicitaron al próximo alcalde Enrique Galindo Ceballos y al gobernador José Ricardo Gallardo Cardona, voltear a ver sus calles, las cuales han estado olvidadas por más de 15 años.
“Usted ve cómo está. No es necesario decir más, solo que las autoridades volteen a ver esta zona de la ciudad, olvidada desde hace muchos años. No se pide nada en especial, sino que simplemente arreglen la vialidad”, comentó la señora Azucena, habitante de ese sector.