Ya son muy escasos los domicilios de vivienda, comercio o edificios de servicio público que aún cuentan con la protección en los pozos de visita de los medidores de consumo de agua potable, en la avenida Álvaro Obregón.
La obra fue concluida hace cuatro años, pero las tapas desaparecen poco a poco, y los peatones corren el riesgo de sufrir un accidente.
El diseño de la construcción, hecha con recursos de la Secretaría de Turismo federal hace cuatro años, incluyó losetas en las banquetas como acabado, y tapas de diversas especificaciones, para los pozos de visita de transformadores, instalaciones de cables eléctricos y de fibra óptica, televisión y telefonía, drenaje y cavidades de medidores de agua potable.
Sin embargo, en estas últimas, las tapas comenzaron a deteriorarse casi desde que concluyó la construcción de la avenida, y en ocasiones, ciudadanos observaron que el riesgo de accidentes es permanente.
En esas cavidades, es posible meter un pie y fracturarse. Las víctimas potenciales son personas de edad avanzada.