Si bien la movilidad es un problema que “nos ha rebasado” y provocado repercusiones en la productividad, la competitividad de la ciudad y en la calidad de vida de los habitantes, hay acciones aplicables que no representan tanto costo como la infraestructura, por ejemplo, el reordenamiento vial y del transporte público, planteó Benjamín Alva Fuentes, profesor-investigador de la Facultad del Hábitat de la UASLP.
En entrevista, el académico describió que el estudiante de la zona poniente de la ciudad tarde en promedio cerca de dos horas en trasladarse a ese punto, que, si se toma una jornada de seis u ocho horas, es ya una cuarta parte, dijo.
Explicó que en el reordenamiento vial implica recuperar capacidad de tránsito en vialidades que tienen más de dos carriles, y en accesos de un carril que pudieran conectar a esos puntos de dos vías.
Ejemplificó que en la avenida Salvador Nava Martínez, se podría optar por evitar estacionamientos para ganar el carril de baja circulación en algunas zonas, y modificar el diseño de los centrales.
Enfatizó que, si se dispusiera evitar los aparcaderos en avenidas como Salvador Nava Martínez, Salk, Calzada de Guadalupe e Himno Nacional, podrían existir vialidades más agiles, a fin de despresurizar la presión en el distribuidor Benito Juárez.
“Si tuviéramos acciones que no son costosas como el ordenamiento vial para recuperar capacidad, y a través de generar espacios de estacionamiento en otros lados (…) podríamos a empezar a generar vías un poco más rápidas”, argumentó el entrevistado.