Sin que ayer se tuviera explicación alguna del por qué, una fuente de cantera que adornaba el entorno del jardín Blas Escontría y la popular Plaza del Mariachi en el Centro Histórico de la capital fue desmantelada a golpes de marro y cincel y sus trozos dejados en el piso “a la buena de Dios”, sin vigilancia alguna.
La fuente, que tenía una doble utilidad ya que por un lado alegraba la vista y el oído con agua que brotaba de su tubería y por el otro era cómoda banca para los paseantes cansados, fue parte de la remodelación de la plaza en la década de los 90.
No parece que este elemento urbano haya sido víctima de un “borrachazo”, ya que las diferentes secciones de piedra que lo conformaban quedaron, hasta eso, completas y bien acomodadas en el piso, incluido el adorno floral que coronaba la fuente.
Entre los curiosos, se manejaron versiones de que la obra de cantera “tenía daños, pero no para que la tumbaran toda” o que su tamaño afectaba la visibilidad de algunos comercios cercanos y que “pudo haber algún influyente que gestionara que la quitaran”.
Esta fuente tenía o tiene una hermana gemela al final del jardín, en el límite con la avenida 20 de Noviembre, la cual -hasta ahora- permanece en pie.
El Ayuntamiento capitalino deberá aportar alguna explicación sobre el desmantelamiento y aclarar si se pretende reinstalar dicha fuente en el mismo punto o trasladarla a algún otro sitio público.