En San Luis Potosí, en trece años, se han registrado poco más de 600 cuerpos en calidad de desconocidos en el sistema forense del estado. Tan sólo el año pasado, sumaron el 13% de esa cifra.
Además, a esas mismas dependencias se les extraviaron 19 cuerpos, de acuerdo al reportaje “Crisis forense. Un país rebasado por sus muertos”, elaborado por 5° Elemento Laboratorio
de Investigación.
El texto señala la opacidad y desorganización que sufren los sistemas forenses federal y de las entidades en su tarea de identificar a las víctimas anónimas de la violencia, que se ha agudizado con la escalada criminal desatada por la “Guerra contra el narco”, en el sexenio de Felipe Calderón y que se ha extendido a las dos administraciones siguientes, la de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador.
Esas deficiencias se reflejan en el hecho de que entre 2006 y 2019, se acumularon 38 mil 891 cuerpos sin identificar en los sistemas forenses de todo el país, de acuerdo a las respuestas que las 32 fiscalías estatales y la General de la República dieron a solicitudes de información hechas por la organización.
El estudio describe cómo en la mayoría de las instituciones, priva la desorganización, el descuido y la opacidad en el manejo de las víctimas anónimas de la violencia, que llega al extremo de que 999 cuerpos se les “extraviaron” a las autoridades.
Entre ellos están 19 restos que el Servicio Médico Legista de San Luis Potosí dio por perdidos. El extravío en el laberinto institucional “raya en lo delictivo”, señala
el texto.
Esos 19 restos extraviados son parte de los 617 cuerpos no identificados por el Semele entre 2006 y 2019.
En los doce años previos, el número máximo de cadáveres anónimos se dio en 2012, con 72. Pero esa cifra fue destrozada el año pasado, cuando se registraron 133.
Sobre el destino de los cuerpos no identificados, la mayoría, 383, fueron a la fosa común, 207 permanecían en las instalaciones del Semele, ocho habían sido donados a universidades y están también los 19 cuerpos que se perdieron.